DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 21 de octubre de 2018
Tras desayunar (bien y demasiado abundantemente de nuevo)
decidimos iniciar la larga vuelta a casa. Lo haremos tranquilamente,
conduciendo sin prisas y parando cuando lo necesitemos. Antes de salir paramos
a saludar a Miquel en Zumaia. De él han salido las mejores recomendaciones gastronómicas,
ha sido una suerte.
Paramos en Olite, damos una vuelta por el pueblo y decidimos
comer algo en una de las terrazas de la plaza. En el error del viaje, nos
sentamos en el Bar Restaurante Ducay. El servicio es casi tan malo como la
comida. Una experiencia para olvidar.
Vuelta a casa. Reencuentro con Cass (la hemos echado mucho
de menos). Descanso.
Ha sido un fin de semana fantástico. Un muy buen regalo.
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