15 enero 2018

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 14 de enero de 2018

En poco tiempo, Cass se ha quedado casi ciega. Mientras acabamos de descubrir que le ha pasado y si podemos mejorar su nivel de vida, intentamos que se adapte a su nuevo estado. Y no lo hace mal. Con paciencia nos vamos adaptando todos a esta nueva situación que no será tan mala como nos pareció en un principio.

Marta y JoanMa nos invitan a pasar el fin de semana en Bell-Lloch. Es un rescate y nos apetece mucho. Llegamos pronto y aprovechamos para ir a la playa. El día se apaga. Damos el primer paseo y a Cass no parece afectarle en absoluto su recién adquirida ceguera. Paramos a comprar en el cruce – sin gente es una verdadera gozada -, recogemos las llaves y hacemos nuestra la casa mientras esperamos a nuestros anfitriones.

Cargamos pilas con cenas (y comidas, desayunos, meriendas, aperitivos y otras conjugaciones del verbo comer), largas conversaciones, en compañía de Albert, Esther, María y Laura, con una tarde de cartas, paseos por la playa, cocinando, malcriando a Cass… un fantástico fin de semana. Un cop més, gràcies.


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