DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 30 de diciembre de 2011
Muchos días sin aparecer por aquí... y no hace falta
explicar las razones ni hacer un resumen de las celebraciones familiares ya que
– anécdota más, anécdota menos – han sido un calco de las de los últimos
años... y me gusta que así sea, lo he pasado bien.
Entre las novedades más notables, destaca mi paso a las filas
de Mordor. Desde hace una semana soy uno más de las ordas de descreídos que,
abandonando el papel, se han pasado a ese invento del diablo que se llama libro
electrónico. Tras cinco días de uso, puedo decir que estoy muy contento y que –
aunque no sea el único soporte que utilizaré – lo voy a utilizar mucho. Ventajas
como diccionario (que para leer en inglés me será muy útil) y comodidad
(sobretodo en novelas de cierto peso que resultan difíciles de leer en el
transporte público) garantizan una larga relación.
Pero el mundo tiene cosas extrañas y, mientras yo me pasaba
al libro electrónico, una de sus principales sacerdotisas – María José – ha vuelto
– aunque sea con quejas y momentáneamente – al papel. Roles invertidos en
nuestras horas de lectura.
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