22 junio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 22 de junio de 2005


Martes. Vuelvo a la vieja y balsámica rutina del Club. Un baño, un buen libro frente al mar, un sueñecito... el paraíso terrenal – si existió algún día – tuvo muchas semejanzas a esta pequeña parcela de bienestar que representan mis visitas al Club. Con la rutina llega la coexistencia con viejos – en todos los sentidos – vecinos de tumbona: La señora de la gorra de ganchillo amarilla vuelve a amenizar mis duermevelas con los comadreos que mantiene con sus amigas. También está el señor de la perilla y la piel apergaminada, los que hablan siempre de fútbol... es agradable volver a vivir el club.

En Levi Pants tengo un día de mucho trabajo solventado gracias a la pericia de Xavi y al regalo que me hace Gilbert (el “nuevos tiempos” de La Habitación Roja, que en este momento está sonando, concretamente “Nunca ganaremos el mundial” canción construida a base de nostalgias, ideal para echar de menos otros veranos).

La cena con María José (el contrapunto a un día de trabajo peor que otros) y dos capítulos de “Mujeres desesperadas” ponen el punto final a la jornada.

Miércoles festivo (con el permiso de la dirección de Levi Pants). Me levanto pronto, desayuno con María José y con la moto nos acercamos a l’H para hacer una visita oficial a Graceland. Soñamos, planificamos, hacemos fotos y apuntamos los defectos de construcción para pasarle la lista al constructor. Nuestra mudanza se acerca, hay ganas.
Santa CaterinaVuelta a casa. Un par de visitas de posibles compradores. La compra en el mercado. Encargos por el barrio. Mucho Calor, destrozado estoy.

A mediodía Toni se pasa por casa. Con el Photoshop y su habilidad ha restaurado un viejo logo de la Radio para que podamos volver a hacer camisetas (la nostalgia otra vez... me estaré haciendo mayor). Lo celebramos con unas cervecitas y una comida en “La Sucursal” (c/Comerç, 4 Tel. 933106595) un menú de mediodía (gazpacho, pollo al curry con arroz, un delicioso pastel de chocolate casero bebida y café por menos de 10 euros). Hablamos de trabajo y, por suerte, de muchas otras cosas.
Rematamos la jugada en la terraza de “Casa Paco”.
Es hora de empezar a preparar la cena.

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