29 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 29 de abril de 2004


Miércoles. Cena en casa con María José, Nuria y Jordi. La excusa para la cena son las anchoas caseras que Nuria ha preparado. Están deliciosas. De postre preparo el ya clásico pastel de chocolate (tan bueno como siempre, aunque hoy se me ha quemado ligeramente la base). Conversación, cerveza y mucha comida. Duermo mal.
Jueves. Desayuno con María José y salgo pronto de casa para ir al “Centre de la Vila”. Me encuentro con Jordi P., le acompaño mientras desayuna y vamos a los Icaria. Nos cuesta elegir la película (la que no ha visto uno, la ha visto el otro... y algunas son muy malas). Al final, y después de muchas dudas, “La ventana secreta” se alza con el título de película elegida del día. Mal resuelta y bastante previsible, la película resulta floja pese a que está interpretada por dos – desaprovechados aquí- actores fantásticos: Johnny Depp y John Turturro,
Al salir diluvia, no tenemos más remedio que volver a entrar en el Centro Comercial. En la mesa de un desangelado bar (realmente la mesa está en una zona de paso) tomamos algo mientras leemos el periódico, arreglamos el mundo y – ya que estamos puestos – el Barça.
Vuelta a casa. Siesta. Sigue lloviendo a ratos. Ahora cocinaré otro pastel para la cena de mañana, espero que no se queme.

28 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 27 de abril de 2004


He empezado la semana sepultado por tutoriales y cursillos.
Empleo el resto del tiempo en partidas maratonianas de “Heroes of might and magic III”, viendo series en televisión (Sexo en Nueva York, Urgencias...) y leyendo (sigo con el libro de “La Bauhaus” y he empezado “Fiebre en las gradas “ de Nick Hornby).

Pero no todo es ocio en la vida. También empleo parte de mi preciado tiempo en actividades necesarias para el buen funcionamiento de nuestra casa. Entre ellas, esta semana destaca, la limpieza de armarios que hemos iniciado. Gracias a ella, he redescubierto piezas de ropa que habían caído en un justo ostracismo y que ahora han iniciado un viaje sin retorno hacia la tienda de ropa de segunda mano que hay en la esquina. Nuestros armarios respiran mejor gracias al espacio que han ganado.

26 abril 2004

"La Edad Moderna trajo consigo la glorificación teórica del trabajo, cuya consecuencia ha sido la transformación de toda la sociedad en una sociedad de trabajo. Por lo tanto, la realización del deseo, al igual que sucede en los cuentos de hadas, llega un momento en que sólo puede ser contraproducente, puesto que se trata de una sociedad de trabajadores que está a punto de ser liberada de las trabas del trabajo y dicha sociedad desconoce esas otras actividades más elevadas y significativas por cuya causa merecería ganarse la libertad".
Hanna Arendt


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 25 de abril de 2004


Dedicamos las primeras horas del día a un improvisado taller de bicicletas y, una vez puestas a punto, salimos a dar una vuelta. En el “Moll de la fusta” nos encontramos con la “Festa de la diversitat”. Es una fiesta de la diversidad bien intencionada, pero su público es poco diverso. Cualquier paseo por Ciutat Vella supone un baño de multiculturalidad mucho más intenso que el que aquí se propone.
Seguimos nuestro paseo y paramos en la Rambla del Raval a leer el periódico en una terracita.
Vuelta a casa, siesta y partida al “Heroes”.
Por la noche, una cena con Víctor y Laura en La Tinaja sirve para alargar el fin de semana.

25 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 24 de abril de 2004


Vuelve a aparecer en este diario – y muy a mi pesar – Javier Mariscal. El antaño diseñador, ahora amenaza al público infantil con una colección de cuentos protagonizados por una tal Lula. Leo la definición que de ella hace Belén Ginart en El País de hoy: “Lula tiene una cara en dos dimensiones con una nariz respingona, una prominencia delgada rematada por un lunar negro”. Miro la foto de Javier Mariscal en la que se ve la portada de uno de sus cuentos. Llego a una dramática conclusión: Lula es el puto Cobi con una mancha negra. Quiero pedir una oportunidad para todos los ilustradores jóvenes –con ideas y propuestas nuevas –. A Cobi (sin mancha) ya lo vimos en el 1992.

Mañana de sábado sin obligaciones. A la una cogemos un bus y, leyendo el periódico, nos acercamos a La Ternerita donde hemos quedado con Yoli y Rafa. Después de la comida (sensacional), y sin duda afectados por un estado transitorio de locura, Rafa y Yoli nos regalan un fin de semana en un balneario. Estamos emocionados... ¡Que regalo! (muchísimas gracias).

Salimos del restaurante después de las cinco y decidimos acompañarles a un centro comercial donde quieren mirarse un ordenador. En La Maquinista descubro un mundo paralelo. Las dos o tres veces que vine el año pasado fue en una mañana de día laborable y el centro comercial estaba siempre vacío. Hoy es todo lo contrario: miles de personas, un parking gigante lleno de coches, música a todo trapo, ruido y gritos. Huimos rápidamente y volvemos a casa.
“Sexo en Nueva York” y Harry Potter. Acabo “Harry Potter y la orden del fénix”. Me ha gustado más que los anteriores ya que los personajes son cada vez más complejos.
Ha sido un buen día.

24 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 23 de abril de 2004


Hoy es Sant Jordi (quiero aprovechar para mandar un abrazo a todos los Jordis que, de manera totalmente desinteresada, suelen aparecer en este diario). La tradición (como la mayoría de tradiciones, un tanto sexista) dice que los hombres deben comprar a las mujeres una rosa mientras que las mujeres deben comprar un libro a los hombres. Creo que en el intercambio salimos ganando.
Yo suelo comprar libros habitualmente – una enfermedad como cualquier otra – y por eso me sorprende que el diez por ciento de la venta de libros en Cataluña se condense en un solo día. El número de rosas que se han vendido hoy también es una animalada (no se si el término se puede aplicar a unas flores): seis millones de rosas – de todos los tamaños, colores y estados de conservación – en un solo día.

Desayuno con María José y, cuando ella marcha al trabajo, me enfrasco en mi habitual pelea con el ordenador. Muchas horas después, tras alguna victoria y no pocas derrotas, me convenzo que necesito más formación. Lo intentaré con los tutoriales y, si no consigo avanzar, buscaré algún cursillo.
Ya con María José, y después de la siesta, salimos a pasear para disfrutar del día. Las Ramblas están, como cada año, llenas de gente, de libros y de rosas. Pronto abandonamos la calle y entramos en el mercado de La Boquería. Me gusta entrar a comprar en los mercados pero todavía me gusta más pasear por ellos. Nuestro paseo sigue por el Raval: por la Biblioteca de Catalunya (y su sensacional claustro que a esta hora huele a azahar) y por su Rambla (con una feria de artesanía y productos naturales multicultural, como el barrio).
Bocata en el bar que hay junto al Apolo mientras hacemos tiempo hasta que empiece el teatro.
Vemos “Las bicicletas son para el verano” (hasta el 9 de mayo en el “Teatre Victoria”). La obra de Fernando Fernán-Gómez, pese a su contemporaneidad, es ya todo un clásico. Si a este fantástico texto le añadimos una buena interpretación con quince actores en escena (y unos sensacionales Gerardo Malla y Resu Morales en la cabeza del reparto) y una escenografía sencilla pero muy funcional, tenemos como resultado más de dos horas de entretenimiento.
Salimos muy contentos y volvemos caminando a casa. Junto al Black Horse nos cruzamos con un monje Shao lin con la cabeza afeitada y vestido de naranja. Aún no repuestos de la sorpresa nos cruzamos con otro, o a una fotocopia del primero. Vivimos en un barrio extraño.

23 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 22 de abril de 2004


Estoy curado. Mi preocupante adicción al solitario de Windows está remitiendo. Ahora dedico una parte destacada de mi tiempo libre a jugar al “Heroes of Might and Magic III”. A quien puede parecerle una mala solución... le diré que no se equivoca. Ahora necesito un remedio para solucionar mi creciente adicción al “Heroes”.
Rompo la rutina establecida durante los últimos días (largas sesiones delante del ordenador por la mañana y cursillos por la tarde) con una comida con viejos compañeros de trabajo en el Portolés. A los habituales a estos encuentros del jueves en el Portolés nos añadimos hoy Jordi R2, Joan, Manolo y yo. Reencontrarse con gente a la que aprecias pero con la que últimamente has perdido el contacto es muy agradable. Pronto nos ponemos al día de nuestras respectivas vidas (tres hijos en total , varios cambios de trabajo y de vivienda...) y recordamos viejas batallas.
Es tarde cuando salimos del restaurante. Llegaré un poco tarde al cursillo.
Por la noche, con María José, vemos “Urgencias”.

21 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 20 de abril de 2004


Hoy hace un día primaveral, ideal para bajar hasta el club y relajarse frente al mar. Pero finalmente la pereza me vence y me quedo en casa. Paso la mañana a caballo entre “Heroes of might and magic” y la ya necesaria limpieza de la casa.
Por la tarde cursillo a un ritmo infernal. Me lo paso bien, pero el nivel es tan alto que al final me pierdo.
Cuando vuelvo a casa me encuentro un montón de llamadas de teléfono pendientes. Una hora después consigo acabar las llamadas y salgo a cenar con María José. Cena en un chino del barrio (que se llama Aleluya) y vuelta a casa.
Maradona sigue grave pero parece que ha experimentado una ligera mejoría. Todo parece ir mejor.

19 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 19 de abril de 2004


Hay días cuyo guión parece haberlo escrito un descerebrado incapaz de juntar con coherencia cuatro letras. Son esos días en los que lo poco que funciona, lo hace en el sentido contrario a las agujas del reloj. Hoy ha sido un día de esos.
Desayuno con la noticia de que Diego Armando Maradona ha sido ingresado en un hospital y que su estado es muy grave. El día ha empezado realmente mal y con el paso de las horas no consigo que mejore. Sólo algunas pequeñas actividades ociosas (leer el periódico en el parque, comprar en el mercado, conversar con María José...) consiguen levantar el tono de una jornada que no pasará a la historia por su trascendencia.

Alfonso me ha pasado (muchas gracias) “Heroes of might and magic III”. Lo instalo con la esperanza de que la llegada de un nuevo juego cure mi creciente adicción al solitario de Windows. No parece la mejor de las soluciones pero estoy seguro que, durante las próximas semanas, jugaré mucho menos al solitario.

18 abril 2004

“El enaltecimiento del trabajo llevó consigo el menosprecio por cualquier otro tipo de actividades y una nueva concepción del tiempo. El tiempo adquiría valor desde el momento en el que estaba dedicado a la producción y al trabajo. Ocuparlo con otras actividades era perder el tiempo, "estar ocioso".
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 18 de abril de 2004


Sábado. Después de una dura jornada dedicada a no hacer nada digno de mención ni de recompensa salgo a cenar con María José.
Tenemos mesa reservada (para nueve) en Can Juanito (buena comida, amable servicio y cuenta injustificadamente alta) . Cuando llegamos al restaurante, David, Iola y Jordi P. ya están en la mesa y poco después llegarán Natalia, Pablo, Víctor y Laura. Surgen, durante la cena, los habituales temas de discusión: cine, fútbol, libros “freakys” de asesinos, series de televisión y más fútbol.
Copas en el Puku y vuelta a casa caminando con María José, Víctor y Laura.

Domingo. Día de recuperación. Con María José en casa. Salgo a la calle para buscar el periódico y vuelvo rápidamente. Leo el periódico. Busco trabajo y no encuentro en la sección de clasificados. Visionado de varios capítulos de “Sexo en Nueva York”. “Atrapat en el temps” en TV3. Partidas al solitario del ordenador. Leo “Harry Potter y la orden del fénix”. Siesta. Peleas con el Dreamweaver. Saint Etienne, Sísmicos, Sitcom y Six by Seven suenan a lo largo del día (repaso a la “S”). Un día estupendo.

17 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 16 de abril de 2004


Una tormenta terrible se cierne sobre la ciudad. Contra todo pronóstico, y después de desayunar un par de bikinis en compañía de María José, salgo a la calle. Hoy es un día de gabardina, uno de esos días en el que es probable que tu paraguas acabe dentro de una papelera como una triste metáfora de la escultura contemporánea.
La mañana se me escurre entre los dedos mientras realizo todo tipo de “tengos que” (compra de vino, de entradas para el Liceo, entrega de paquetes en correos, encargos familiares...).
Pese a todos los inconvenientes meteorológicos consigo llevar a cabo con maestría todas las tareas que me han sido asignadas y encuentro tiempo para pasarme por el apartado de correos donde recojo unos cuantos cd’s huérfanos (jazz jamaicano, metal, rock argentino...).
Vuelta al calor del hogar. La ropa, más mojada que húmeda, es substituida por el pijama. Calefacción y lectura mientras fuera sigue lloviendo. Acabo el cuarto Harry Potter y me lanzo a por el quinto: “Harry Potter y la Orden del Fénix”.
Por la noche Jesús y Natalia nos han invitado a cenar en su casa. Jesús, según dice guiado por la mano del maestro Arguiñano, ha preparado un festival del mar. Gambas y mejillones sirven de preludio para una sensacional dorada al horno. El azar, o la previsión de Jesús, se alían conmigo y puedo repetir. De postre mousse de mango con frambuesas, todo un banquete. Últimamente nos hemos visto poco y es una lástima, la conversación se alarga durante una corta sobremesa. Mañana Jesús se levanta a las cinco de la mañana para patearse el país en uno de sus ya tradicionales y cada vez más frecuentes “no mind travels”.

16 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de abril de 2004


Hoy es el cumpleaños de mi madre y lo celebramos (conjuntamente con el de Eli y María José que fueron hace poco) con una cena familiar en casa.
Cena estupenda (tortillas, bacalao frito, empanadillas...) y regalos para todos después del pastel y la tradicional soplada de velas (entre las tres 124).
No contentos con todos los regalos recibidos, conseguimos también llevarnos el diezmo en caldo correspondiente a este mes.

He descubierto una modalidad de puntuación en el solitario de windows que lo convierte en altamente adictivo. No recomiendo a nadie que lo pruebe ya la pérdida de tiempo está asegurada.

14 abril 2004

“Desde la perspectiva cristiana hay una inclinación a justificar el trabajo, pero no a verlo como algo valioso. Los pensadores cristianos hacían referencia al principio paulino "quien no trabaja no debe comer…", pero entendían que el trabajo era un castigo o, cuando menos un deber.”
Santiago García Quintana. Pequeña Historia del Ocio. Buenos Aires. 1958


DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 14 de abril de 2004


Me gusta leer el periódico. Pero esta noble actividad que ocupa parte de mi tiempo de ocio tiene algunos molestos inconvenientes:
INCONVENIENTE NÚMERO UNO: A mi me gusta leer el periódico en pijama y mientras tomo el desayuno. Actualmente me veo obligado a ducharme, vestirme, bajar al quiosco, pagar el periódico y volver a casa para poder disfrutar de este pequeño placer.
INCONVENIENTE NÚMERO DOS: Leer el periódico produce una intensa y sumamente molesta tinción en los dedos. Antaño las clases ociosas solucionaban este problema con el previo planchado (por parte de un atento y mal pagado servicio) del periódico, evitando así los efectos perniciosos de la tinta. Mi habitual estado económico, agravado actualmente por mi situación laboral, me impiden disponer del personal necesario para ofrecerme este imprescindible servicio. Por todo ello he decidido, inspirado en el ejemplo de multitud de empresas españolas, aplicar nuevas soluciones a viejos problemas. La oferta laboral que publico a continuación pretende corregir estas molestias que me impiden el total disfrute de los placeres que la lectura del periódico del día puede proporcionarme.

COMPRADOR Y PLANCHADOR DE PERIÓDICO EN PRÁCTICAS

Se ofrecen prácticas laborales en sociedad de contrastada solvencia. No se necesita experiencia. Formación a cargo de la empresa. Contrato en prácticas sin retribución económica. Posibilidad, según valía, de desayuno diario.
La tarea consiste en la compra del periódico del día (EL PAÍS los lunes, martes, jueves, viernes y sábados y LA VANGUARDIA los miércoles y domingos) y el planchado del mismo para evitar los molestos efectos de la tinta en los dedos del sufrido lector.
Interesados enviar currículum vitae con fotografía reciente a: diecinueve@eresmas.com


Desayuno con María José y mañana plagada de “tengos que”.
Volviendo a casa me encuentro con Jordi P. y juntos esperamos a Pablo.
En el Xativa (c/Valencia, 360. Tel. 934583418) como un arroz caldoso de marisco impresionantemente bueno. Pablo y Jordi se decantan por la fideuà.
Después de la larga sobremesa se hace obligatorio caminar un rato. Las cervezas en el Xampu Xampany y en las posteriores en el Clansman nos remiten a tardes de adolescencia.
Vuelta a casa. Con María José empezamos a ver la segunda temporada de “Sexo en Nueva York”.

13 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 5.
Estamos llegando al final de las vacaciones y necesitamos descansar. La mañana, sin actividades destacadas, pasa volando y a mediodía vienen Yoli y Rafa a comer y nos traen una mona para cumplir con la tradición.
Muchas risas después nos quedamos solos con la intención de hacer una larga siesta. Cerramos los ojos y... llaman a la puerta. Salgo a abrir. Es la vecina. Ha vuelto de vacaciones y no puede entrar en su casa ya que alguien ha cerrado desde dentro. Llamamos a la policía que, cuando llega, entra por el balcón. Alguien ha entrado a robar aprovechando su ausencia y por suerte parece que no se le ha llevado demasiado. No podemos hacer nada, ofrecemos nuestro apoyo por si lo necesita y nos retiramos.
Pienso que, si algún día alguien entra en casa, tampoco podrá llevarse nada de valor, pero la sensación de que han entrado en tu casa debe dar mucha inseguridad. Y además debe joder mucho.

Acabamos pues, estas largas, sociales y provechosas vacaciones, con un regusto amargo.

12 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 4. Cumpleaños de María José.
Nuestro organismo, sumamente maltrecho a estas alturas de las vacaciones, pide a gritos un poco de reposo. Nos tomamos la mañana con calma y salimos a dar una vuelta. Acabamos en el parque de la Guineueta haciendo unas bravas en el chiringuito mientras sigo leyendo –ahora ya ávidamente- el cuarto libro de Harry Potter. Hay pocos chiringuitos de parque que, en su oferta culinaria, incluyan tapas cocinadas y se agradece que, encima, estén buenas. La música (tienen sintonizada Hit Radio), un poco fuerte, es el único elemento que desentona un poco.
Vuelta a casa. Cambiamos la siesta por Dragón Rojo. No me gusta tanto como el libro de Tomas Harrys pero me lo paso bien.

Por la noche improvisamos – con todo lo que encontramos por los rincones de la maltrecha despensa -una cena con Pablo, que está de vacaciones en Barcelona. Las últimas veces que Pablo ha venido a Barcelona apenas hemos podido hablar y esta noche por fin nos hemos puesto al día.
Tras la cena caen un par de copas en el Black Horse. Pablo nos cuenta que, desgraciadamente y por motivos laborales, tendrá que acortar su estancia en Barcelona; pese a ello intentaremos vernos un par de días la semana que viene.

11 abril 2004

“Podrá decirse que, en tanto que un poco de ocio es agradable, los hombres no sabrían cómo llenar sus días si solamente trabajaran cuatro horas de las veinticuatro. En la medida en que ello es cierto en el mundo moderno, es una condena de nuestra civilización; no hubiese sido cierto en ningún período anterior. Antes había una capacidad para la alegría y los juegos que, hasta cierto punto, ha sido inhibida por el culto a la eficiencia”
Bertrand Russell. Elogio de la ociosidad. 1932


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 10 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 3.
Salimos de casa pronto y caminamos, casi corremos, hasta la estación de autobuses. Allí cogemos una “Sarfa” (autobús de línea que cubre el servicio de la Costa Brava) que nos dejará, dos horas mas tarde y después de pagar un precio abusivo, en Palamós. Por el camino empiezo a leer “Harry Potter y el cáliz de fuego” de J.K. Rowling.
Hemos quedado con Jordi y Nuria en la estación. Hace sol y la cervecita en la terraza del Club Náutico se convierte en un asunto de obligado cumplimiento. Nuria ha reservado mesa a las tres; tenemos todavía tiempo para dar un buen paseo.


Cala Margarida es un remanso de paz, uno de esos rincones de la costa donde el tiempo parece haberse detenido. Quedan pocos lugares así y espero que sigan resistiendo para que, dentro de muchos años, puedan seguir sorprendiendo por su encanto y su singularidad.
Nuestro paseo nos lleva de vuelta al pueblo y a Can Blau donde vamos a comer un buenísimo arroz.
Todo está delicioso (excepto el sorbete de menta que nos seduce a casi todos y que no responde en absoluto a las expectativas que había despertado).

Hay que bajar la comida. Cogemos el coche y vamos a la playa del Castell. El Castell es un paraje que el pueblo de Palamós, después de un polémico referéndum, decidió salvar de la especulación urbanística. Es una maravilla y es una lástima no haber llegado a tiempo para rescatar más rincones como este. Nada más llegar nos encontramos a Jesús y Natalia. Tienen razón los que dicen que el mundo es un pañuelo. En Barcelona vivimos a diez minutos caminando y hace meses que no nos vemos.



Paseamos por el poblado ibérico que hay en uno de los extremos de la playa, hacemos un par de fotos y volvemos a Palamós. Vuelta a casa en Sarfa. María José, como no bebe alcohol, no sabe que el consumo de bebidas espiritosas en cantidades abundantes produce auto-sordera y me pide que no grite.

Mañana es el cumpleaños de María José... pero no aguanto más sin darle sus regalos. Me adelanto un par de horas y se los doy... ya se que es trampa... pero las normas están para romperlas.

10 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 9 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 2.
Son raros los días que, como hoy, no hay periódico. Son tres días a lo largo del año y no son los mismos en todas las comunidades autónomas (en Cataluña no hay periódicos el Viernes Santo, mañana no aparecen los periódicos de tirada nacional).
Salimos de casa sin destino fijo dispuestos a dejarnos llevar por el azar. Acabamos en Vallvidrera y, desde allí, bajamos caminando por extrañas urbanizaciones hasta Barcelona. El paseo, rodeados de casas que nos hacen soñar, es muy agradable y el día acompaña.
Llegamos a casa tarde y un poco cansados. Urgencias, la habitual siesta y una larga partida de cartas ocupan el resto de horas del día.
Por la noche acabo “El pozo de la muerte”. El libro de Douglas Preston y Lincoln Child, sin ser uno de sus mejores obras, ha conseguido atraparme con su mezcla de historias de piratas, arqueología, ciencia de salón y aventura. Un buen best seller para leer en vacaciones, como todos los que he leído de Preston y Child.

09 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 08 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 1.
Llueve. Nos enfrentamos a la adversidad con valentía y salimos a la calle dispuestos a plantarle cara a la meteorología y a los enemigos que pretenden derrotarnos.
Caminamos por el barrio que hoy está lleno de turistas (en un número superior al habitual) y de vendedores de paraguas de dudosa calidad (la proporción es de un vendedor de paraguas por cada dos turistas). En el Centre d’Art Santa Mónica visitamos las exposiciones de Yamandu Canosa, Costa Vences y Livia Torres. También se expone un proyecto de largo recorrido de Tere Recarens. El proyecto, que se llama “19 de marzo de 2014” consiste en dos contenedores industriales que permanecerán cerrados durante 10 años. Tras este periodo - en el que los contenedores viajaran, permanecerán expuestos o se guardarán – serán abiertos. El contenido de uno de ellos habrá mejorado, el del otro habrá empeorado. Me gusta la idea de jugar con los conceptos de progreso y deterioro. Y mi espíritu marujeril también se enciende ¿Qué debe haber puesto la artista en cada contenedor? ¿Seguiré el proyecto durante los próximos diez años? ¿Volveré a oír de él?

Al salir, y en el punto de información que la Generalitat tiene en los bajos del Museo, cargamos con algunos folletos de exposiciones y conciertos. Peso total del material adquirido (tras el pesaje realizado al llegar a casa en la báscula de la cocina): 1 kilo y 100 gramos.

Nos dejamos llevar por la nostalgia y por la creencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor y decidimos comer un bocadillo en Can Paixano. Entrar se convierte en una tarea hercúlea pero lo conseguimos. A codazos y mordiscos conseguimos el espacio mínimo necesario para poder hacer, no sin grandes esfuerzos, el movimiento preciso para acercarnos el bocadillo y la copa de cava rosado a los labios. Salir del local no resulta mucho más fácil y empleamos en ello varios minutos.
Rematamos la faena con una par de pinchos en el Txacolín.
Vuelta a casa y siesta. Sigue lloviendo y María José sale a por una película. Vemos “En la ciudad” de Cesc Gai que, quizás por la cercanía geográfica y quizás por otras cercanías, nos gusta mucho y que nos dará tema de conversación para el resto de la noche.
Después de cenar hacemos una copa en el Borneo mientras seguimos hablando de la triste historia de robinsones urbanos que hemos visto por la tarde.

Suena, mientras escribo esto, el “Friends and lovers” de Bernard Butler.

08 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 08 de abril de 2004


Martes noche. Cena en casa con David y Helena que acaban de aterrizar en Barcelona después de su largo viaje por los USA. Después de cenar repasamos fotos, propias y ajenas, del día de su boda.

Miércoles. Dedico la mañana, una vez María José se ha marchado a trabajar, a comprar los regalos para su cumpleaños (el domingo).
María José empieza hoy sus vacaciones que serán solemnemente inauguradas con una larga siesta. Mientras duerme intento comprar entradas para el teatro en el Ticket 3 (entradas a mitad de precio tres horas antes de que empiecen los espectáculos) pero no encuentro nada interesante.
La alternativa será el cine. Cometemos el error de elegir el cine París por estar cerca de casa. El responsable de diseñar esta sala pensó que le cabían unas cuantas butacas más y las puso. El resultado es una sala tremendamente incómoda. Además, a la inutilidad manifiesta del diseñador de la sala, le añaden los responsables de su explotación comercial una falta de respeto alarmante por la integridad de la obra cinematográfica al encender las luces sobre los títulos de crédito (que en la película que hemos visto contienen imágenes). Un desastre de local.
La película, “El abrazo partido”, me gusta. No es una película redonda pero contiene muchos elementos que la hacen atractiva (fragmentos de vida, pequeñas historias bien resueltas, guiños simpáticos...).
Volvemos a casa y alquilamos la floja “hollywood homicide”. A las 2:30 nos vamos a dormir.

CRITICA DE PALOMITAS. LAS PALOMITAS DEL CINE PARIS. BARCELONA.
Tengo que confesarlo. Soy un cinéfilo palomitero. De pequeño relacionaba el cine con las palomitas (entonces en alargadas bolsas que, en más casos de lo que sería deseable, contenían rancias colecciones del deseado manjar). Con los años no he cambiado demasiado. Es por esta razón que inauguro este servicio a la sociedad. A partir de hoy valoraré las palomitas atendiendo a varios criterios entre 0 (pésimo) y 5 (genial).
Sabor.................................................... 2 (mantequilloso y algo rancio)
Consistencia......................................... 1 (algo blandas, no están – ni mucho menos – recién hechas)
Relación cantidad / precio...................... 0 (insultante, por desgracia esta puntuación se repite en casi todos los cines de la ciudad. 1’90 el segundo tamaño de cuatro).
Valoración global................................. 1 (estoy seguro que las palomitas que hoy han sobrado serán consumidas mañana... puajjj!!!)

06 abril 2004

“Ese día se acabó el ron. Mis hombres estaban sobrios. ¡Y vaya confusión la que se produjo entre nosotros! Comenzaron las conjuras. Hubo rumores de separación, de modo que busqué algo para retenerlos. Y capturamos un barco con muchas bebidas espiritosas a bordo, y renació el entusiasmo entre mis hombres. Después, todo volvió a marchar bien.”
Del diario de a bordo de Edward Teach (Barbanegra). Hacia 1718


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 6 de abril de 2004


Lunes de intendencia casera por la mañana y de cursillo por la tarde.

Martes. Me levanto muy pronto y, tras desayunar con María José, me vuelvo a la cama a leer y dormir hasta las nueve.
Hace sol, es primavera... apetece bajar a la playa. Tras meses de abandono recupero la bicicleta. El prolongado olvido ha causado que la bici no esté, físicamente, en su mejor momento. La adecento como puedo (María José le ha prometido un tratamiento más a fondo) y salgo de casa con destino al Club.

En la piscina del club: lectura y sol. Acabo “Las Horas” de Michael Cunningham (que finalmente me ha gustado, pese a que en algunos momentos me pareció sólo un brillante ejercicio de estilo desposeído de alma) mientras disfruto del mar y el calor.
No quiero someter a mi piel, blanca inmaculada, a un castigo demasiado severo y me retiro justo cuando la piscina empieza a llenarse.
Con la bici me acerco al Arenal y, en su recién estrenada terraza (que con descaro invade parte de la arena de la playa), me tomo una cerveza que sabe a gloria mientras empiezo a leer “El pozo de la muerte” de Douglas Preston y Lincoln Child.
Al volver a casa cometo el error de entrar en la calle Montcada. La calle está totalmente llena de turistas ávidos de cultura, y el recorrido – en bicicleta- se convierte en un slalom gigante sin nieve y sin premio para el ganador.
Ha sido una mañana de reencuentros: la bicicleta, el club, la terraza del Arenal (el año pasado tenía otro nombre pero el local era el mismo), el sol, la playa que empieza a llenarse... la tarde será diferente (descanso, lectura y cocina se adivinan como las opciones más probables).

04 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 04 de abril de 2004


Nos levantamos tarde y me cuesta mucho arrancar.
Hemos quedado con Olivia y Roberto en la estación de tren de Vilassar (el cochecito de Martina ocupa una parte importante del asiento trasero del coche y nosotros iremos en tren). El viaje es cómodo y, en un día soleado como hoy, muy agradable. Llegamos pronto y leemos el periódico mientras esperamos junto a la playa. Los minutos van pasando... Olivia y Roberto no vienen... mucho después – y cuando ya pensamos que hemos sido abandonados - aparece Roberto que acaba de descubrir que Vilassar tiene una estación y un apeadero. Hemos estado esperando durante casi una hora unos junto a la estación y los otros junto al apeadero. Desventajas de no saber.

Ya juntos estamos un rato en la playa y nos acercamos al restaurante “Palomares”. Es tarde pero la lucha por las mesas de la terraza (con una vista estupenda de la playa) es dantesca. Clientes que esgrimen una lista de espera autogestionada combaten duramente (haciendo gala de una agresividad abrumadora) contra un individuo (de semejantes actitudes broncas) por una mesa esquinera de seis plazas. Nosotros somos alojados en la mesa contigua al preciado objeto del deseo y, curiosamente, no somos atacados por los partidarios de la lista autogestionada (aunque hemos sido claramente los últimos en llegar). La pelea llega a límites insospechados y, finalmente, el individuo (apodado por sus contrincantes como el “calveras” por la poca presencia de apéndices pilosos en su cuero cabelludo) abandona el campo de batalla tras enfrentarse también a la propietaria.
Nos llega el rumor de que este tipo de performances son habituales todos los domingos y que son uno de los encantos del lugar. A mí, por si acaso, no me vuelven a pillar un domingo (y menos desarmado) que a este mundo hemos venido a divertirnos y no a pelearnos.
Una vez calmados los ánimos conseguimos que nos sirvan y disfrutar de un buen arroz y una buena fideuà. Se está muy bien al sol... pero sabemos que la primera paella al aire libre de la primavera siempre tiene unas consecuencias desastrosas para nuestra blanca piel.
Los cafés los hacemos dentro (el sol se esconde y llega el frío).
A las 6:30 salimos del restaurante y volvemos a casa rojos y sanos como una manzana.
Larga siesta que casi empalmaremos con la noche.

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 04 de abril de 2004


Nos levantamos pronto, desayunamos y, como hace un día estupendo, salimos a pasear sin rumbo fijo. Siguiendo el sol y evitando las calles oscuras llegamos al antiguo parque de atracciones de Montjuich, hoy jardines Joan Brossa. No queda mucho del viejo parque de atracciones... y es una pena, son muchos los recuerdos que sólo podremos recuperar con fotos.
De vuelta en la ciudad comemos en “El gallo Kiriko” que, pese a que su nombre parece indicar otra cosa, es un restaurante paquistaní.
Siesta. Me despiertan los berridos de un vecino cantando a dúo con el líder de Mojinos Escocios, hecho que- como puede suponerse- influye negativamente en mi humor. Dentro del ciclo de cine español patrocinado por mi padre veo la grandiosa “El espíritu de la colmena” de Victor Erice.

Inauguración de la exposición de fotografías de Jordi P. en el Puku. Bajo el título genérico de “Formes elèctriques” Jordi recoge una serie de fotos en blanco y negro de torres de alta tensión. Su propuesta está construida a base de juegos de formas geométricas, de blancos y negros, de líneas... En el bar nos encontramos un montón de gente conocida: Jordi –claro, es el anfitrión y artista-., Emma, Dani, Roger, las dos Mónicas, Toni, Isa, Alex “el niño”, Víctor, Laura, Quim, Carol... copas y risas entre las fotos de Jordi.

Después de algunas dudas decidimos continuar y cenamos en el Ugarit (c/Bruniquer, 37). Tenemos que esperar bastante para conseguir una mesa libre pero el trato amable y la deliciosa comida compensan el tiempo de espera. Salimos del restaurante a la 1:30. El día ha sido muy largo y estamos muy cansados.

02 abril 2004

“El tiempo libre es esencial para la civilización, y, en épocas pasadas, sólo el trabajo de los más hacía posible el tiempo libre de los menos. Pero el trabajo era valioso, no porque el trabajo en sí fuera bueno, sino porque el ocio es bueno. Y con la técnica moderna sería posible distribuir justamente el ocio, sin menoscabo para la civilización.”
Bertrand Russell. Elogio de la ociosidad. 1932


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 02 de abril de 2004


Sigo con la impresión de estar andando en círculos (y no me molesta, pero es una sensación extraña). Hace tres años cambié de trabajo y hoy he vuelto a mi antigua empresa para hacer una visita (no exenta, debo confesarlo, de interés). Todo sigue exactamente igual... con muchos más trastos por los pasillos, pero en lo fundamental sigue todo igual. Me he sentido como si sólo hubiera salido para unas largas vacaciones o como si, desde que marché hace tres años, mi antigua empresa viviera sumergida en un día de la marmota eterno. Por suerte también me encuentro a mucha gente que me trata con cariño. Es agradable notar que gente a la que aprecias siente algo parecido por ti. Y hoy lo he notado.

A parte de la –más larga de lo que pensaba – visita, no he hecho demasiadas cosas más pese al mucho tiempo que he tenido.

01 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 1 de abril de 2004


Me cuesta levantarme, es muy pronto. A medio desayuno consigo, por fin, despertarme y después, cuando María José se va al trabajo, me pongo a teclear un rato en el ordenador.
Largo paseo por el barrio y, en la Fundación Círculo de lectores, visito la exposición de dibujos, acuarelas y obra gráfica de Günter Grass. Los dibujos del escritor hacen gala de una técnica notable y alguna de las obras expuestas resulta interesante. Pero no nos engañemos, el principal interés de la exposición reside en quién es el autor de los cuadros, no es habitual que un Nobel de literatura exponga obra gráfica. La lista de precios me acompaña durante la visita a la exposición (A los fans acérrimos de Gunter Grass les diré que los precios están entre los 290 y los 9860 Euros).

Sigo mi paseo y paro en el bar Montferry a leer “El País” mientras disfruto de un vermú con anchovas. El bar, que se cae de viejo, mantiene el encanto de los bares de barrio de toda la vida. Los parroquianos entran y conversan entre ellos o con la persona que está tras el mostrador. El trajín es incesante y, sin embargo, el bar (sin radios, músicas ni televisiones contaminantes) resulta un remanso de paz que, pese a que ha vivido tiempos mejores, sigue manteniendo ese algo especial que lo hace acogedor .
Leo en “El País” que ha cerrado el G’s Club, un rincón de la música más alternativa (primero en el añorado Communique – asistí en él a memorables conciertos de, entre otros, Superelvis y Audiopeste...- y luego en el Sidecar). Hace años que no me pasaba, pero saber que ya no está allí las noches de los martes me llena de tristeza.

Comida en el Portolés con Jordi B., Albert, Joan y otros ex-compañeros de trabajo (en la mesa somos diez). El Portolés (c/Diputación, 375) es un restaurante de cocina de mercado que entra en la categoría de “locales imprescindibles de la Barcelona Pre-forum”. Su carta, elaborada con buenas materias primas, ofrece platos sin artificios cocinados con honradez. Todo un valor en estos tiempos de malabaristas que intentan y consiguen vender todo aquello que se proponen sin ningún tipo de respeto hacia el cliente.
Nos ponemos las botas mientras hablamos de todo un poco.
Vuelta a casa caminando. Con María José vemos “Urgencias”. Hoy tenemos reunión de vecinos... ya os contaré.

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 31 de marzo de 2004


Desayuno con María José y dedico parte de la mañana a instalar el material subministrado ayer por Toni (muchas gracias).
He empezado a leer “Las horas” de Michael Cunningham pero, como hoy es miércoles, cojo el “Culturas” de La Vanguardia para leer en el bus. No tengo tiempo de acabarlo (casi nunca tengo tiempo de hacerlo) pero encuentro un par de artículos – reseñas literarias aparte- muy interesantes: El primero, de Luis Cerveró, reflexiona sobre el plagio en pubicidad a partir de la polémica surgida sobre el imprescindible “Cog” (“tuerca”, el anuncio de Honda basado en el efecto domino). El otro artículo que recomiendo, de Freddy Massad y Alicia Guerrero, trata sobre casas prefabricadas en la Gran Bretaña de posguerra.
Media hora de lectura después llego al Caixa Forum, por fin voy a ver la exposición "Dali, cultura de masas”.
Primera constatación: Haciendo honores al título de la exposición Dalí sigue teniendo tirada. Las habituales salas vacías del Caixa Forum (al menos en días laborables) han sido substituidas hoy por salas repletas de masas recién salidas de lujosos autocares (masas de todo tipo: de estudiantes, de turistas, de jubilados... sólo faltan los japoneses para tener todas las tipologías habituales). La exposición repasa la relación entre el mundo de Salvador Dalí y la cultura de masas (cine, publicidad, moda, medios de comunicación...). Una relación en la que los límites entre el mundo del arte y el de la cultura de masas se diluyen, se confunden y se yuxtaponen (la sala dedicada al “El Ángelus” de Millet resulta muy clarificadora en este aspecto).
Pese a ser tremendamente interesante, la exposición se olvida del Dalí histrión (sólo apuntado en alguno de los anuncios en los que aparece en la sección dedicada a la publicidad). Se han obviado las apariciones públicas de Dalí, sus salidas de tono, sus payasadas galácticas... y sólo se ha dado cabida en la muestra al Dalí más serio. Echo de menos al entrañable (y, a la vez, terriblemente cargante) payaso, echo de menos a la que – para mí- es la mejor obra del artista ampurdanés: el mismo.

Al salir intento introducirme en la otra exposición: “Ficcions documentals”. Es una muestra que reflexiona sobre los nuevos formatos documentales. Pienso que hemos de reinventar un espacio para este tipo de exposiciones. No se pueden emplear los mismos criterios museísticos que empleamos con la pintura para mostrar videos. Es un tipo de obra diferente y necesita un espacio y un tratamiento diferente. Dejando de lado lo interesante –o no – de los documentales elegidos, el poco acertado espacio en el que son mostrados me alejan de la muestra.

Vuelta a casa. Tarde de CSI y siesta. Una llamada me despierta. Mal humor desde entonces hasta el final del día.