02 abril 2004

“El tiempo libre es esencial para la civilización, y, en épocas pasadas, sólo el trabajo de los más hacía posible el tiempo libre de los menos. Pero el trabajo era valioso, no porque el trabajo en sí fuera bueno, sino porque el ocio es bueno. Y con la técnica moderna sería posible distribuir justamente el ocio, sin menoscabo para la civilización.”
Bertrand Russell. Elogio de la ociosidad. 1932


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 02 de abril de 2004


Sigo con la impresión de estar andando en círculos (y no me molesta, pero es una sensación extraña). Hace tres años cambié de trabajo y hoy he vuelto a mi antigua empresa para hacer una visita (no exenta, debo confesarlo, de interés). Todo sigue exactamente igual... con muchos más trastos por los pasillos, pero en lo fundamental sigue todo igual. Me he sentido como si sólo hubiera salido para unas largas vacaciones o como si, desde que marché hace tres años, mi antigua empresa viviera sumergida en un día de la marmota eterno. Por suerte también me encuentro a mucha gente que me trata con cariño. Es agradable notar que gente a la que aprecias siente algo parecido por ti. Y hoy lo he notado.

A parte de la –más larga de lo que pensaba – visita, no he hecho demasiadas cosas más pese al mucho tiempo que he tenido.

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