27 diciembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 26 de diciembre de 2003


Por fin, después de un año de espera, llega el deseado “Mar i muntanya” del día de “Sant Esteve”. Mi madre solía sorprendernos cada año con un plato diferente, pero desde hace ya unos años, y por petición popular, se ha institucionalizado el “Mar i muntanya” como plato obligatorio. El “Mar i muntanya” es un plato tradicional de la cocina catalana, un plato de maridaje entre la cocina marinera y la cocina de interior, un festival de sabores contrapuestos que añaden variedad y riqueza a un plato pantagruélico.


En los pocos restaurantes que lo preparan los ingredientes suelen ser pollo y langostinos. El de casa (y de aquí viene parte de las pasiones que el plato levanta) es mucho más completo: Cigalas, langostinos, bocas, almejas, mejillones, calamar, setas, pollo, conejo, albóndigas, salchichas, costilla y pies de cerdo. Todo está buenísimo y la salsa resultante es impresionante.
Cocinado con horas de trabajo y mucho cariño que, por muchos elogios que el plato reciba, dificilmente se pueden pagar.
En la comida de este año somos diez. Disfrutamos, reímos y hablamos (poco, pues estamos muy ocupados). La sobremesa se alarga... son casi las nueve cuando nos levantamos de la mesa y volvemos a casa.

Vemos “El Señor de los Anillos. Las Dos Torres”. Ayer vimos la primera parte y ahora ya estamos preparados para ver la conclusión de la trilogía. Este fin de semana, aunque trabajo, intentaré encontrar un hueco para ir al cine.

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