30 noviembre 2003

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de noviembre de 2003


Es hecho comprobado que las casas no se limpian ni se ordenan solas. Por esta razón (y sólo por está razón) dedico la mañana de un soleado sábado invernal a la dura tarea de hacer un poco más habitable nuestro hogar. Cuento, por suerte, con la colaboración de María José para llevar a cabo tan ingrata tarea.
Entre fregonas y trapos conseguimos encontrar huecos para seguir trabajando en la postal navideña (ya está prácticamente acabada).

Los días se acortan y cuando salimos de casa con destino a casa de Olivia y Roberto ya es oscuro. Hoy voy a conocer a Martina. Llegó hace una semana y cuando llegamos está dormida. Dormirá todo el rato (pese a que sus papas dicen que no duerme NADA) que dure nuestra visita. La mezcla de bombones y cerveza (no recomendada por ningún especialista en su sano juicio) resulta euforizante.
Salimos tarde y llegamos más tarde todavía a casa de mis padres. Por suerte son buena gente (o eso me gusta creer) y, pese a nuestro retraso, nos dan de cenar igualmente. Durante la cena hablamos de París (tienen ganas de volver a ir), de un montón de cosas más y miramos fotos.

Se me olvidaba: ya han encendido las luces de navidad, señal inequívoca de que se ha abierto la veda del comprador. Debido a la indignación que me han provocado las luces del Paseo de Gracia, abro aquí una sección de crítica de luces navideñas.
Las luces navideñas de Paseo de Gracia: Me indigna que el diseño de las luces de este paseo sea obra de Mariscal (o de uno de sus alumnos menos aventajados). Lo que me molesta no es el diseño (no es ni mejor ni peor que otros). Lo que encuentro una tomadura de pelo es que al señor Mariscal se le siga pagando un pastón por repetir, sin ningún tipo de vergüenza ni escrúpulo, una y otra vez el mismo diseño. Repetir lo mismo una vez tras otra no es tener un estilo característico. En mi pueblo (y creo que en otros también) a eso se le llama timo (o estafa, o falta de imaginación, o desvergüenza...).
Pese a todo se le sigue pagando, en la mayoría de ocasiones con dinero público, para que repita su dibujo una y otra vez. Creo que ya es hora de pedir un poco de respeto. Hay muchos diseñadores, dibujantes e ilustradores capaces de aportar algo (como creo que en su momento hizo él). Dejemos que nos lo demuestren.
Seguirá...

No hay comentarios: