DIARIO DE UN OCIOSO
martes, 14 de octubre de 2003
Me levanto para desayunar con María José y, haciendo acopio de unas fuerzas que a esta hora de la mañana no me son habituales, decido no volverme a la cama.
Me apetece cocinar. Salgo a comprar los ingredientes que me faltan y me pongo manos a la obra. Preparo un fricandó (hace mucho que no como y es un plato fácil de preparar) y aso pimientos. Cocinar es relajante, ameno y, siempre que la cosa sale bien, satisfactorio.
Al acabar s algo a la calle contento y doy un paseo por el barrio. Acabo en La Plata (c/ de la Mercé) donde me zampo un pincho de butifarra y unas deliciosas anchoas (carnosas y bien aliñadas). El bar es agradable, la parroquia divertida y las tapas buenas. Leo un rato y al salir, sedado y a la vez eufórico por la cerveza, hago una foto de la fachada.
Es hora de comer, vuelvo a casa paseando y espero a María José.
Después de comer vemos 24 (la semana pasada, los maquiavélicos programadores de Antena 3, decidieron – en su cruzada en contra del espectador – emitir solamente un capítulo).
Siesta. Dentro de un rato he quedado con Jordi P. y con Jesús para cenar y tomar unas copas. Me temo que la noche será larga.
14 octubre 2003
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