Jueves, 01 de marzo de 2007
Con una ligera resaca – fruto del abundante, aunque siempre ponderado, consumo de cerveza protagonizado por mí durante la noche de ayer – me propongo poner en palabras una serie de pequeños placeres que me han rondado durante estos últimos días. Me perdonareis que no sea preciso en fechas e incluso que me salte el orden cronológico que a un diario se le supone, demasiados días sin escribir provocan que el trabajo se acumule.
El sol – esquivo durante los últimos meses - empieza a acariciar el patio de Graceland. María José lo redescubre y me anima a participar. Vuelven las hamacas – guardadas en el trastero en espera de tiempos mejores – y las – espiritualmente nutritivas - siestas al sol. El martes, ya sin María José (no se puede tener todo), repito. Media hora, no hace falta más, que ayuda a cargar pilas.
La mañana del miércoles el tiempo no nos acompaña pero sigue siendo ese oasis que nos permite estar juntos y disfrutar de la mañana como si de un día festivo se tratara.
Por la noche, tras una jornada especialmente dura, me encuentro con Jordi R. y Carlos.
Bocata de pinchos en un bar cercano y cervezas para coger fuerzas. En el bar está Ivan que ensaya en un local cercano.
En el Salamandra (la sala de conciertos de mi ciudad de adopción) celebran el “Let’s festival”. Hoy la cabeza de cartel es Josele Santiago. Cuando llegamos están actuando “Tarántula”. Disfrutamos de una versión de la mítica “Ciutat podrida” de “La Banda Trapera del Río” que se convierte en “Mierda de ciudad” de “Kortatu”. Después un tema propio, “empresarios y secretas”, nos devuelve a los tiempos de la movida y nos hace sonreír.
Después llega Josele Santiago acompañado sólo por Pablo Novoa (ex-golpes bajos y gran guitarra) y una considerable – y ya habitual - intoxicación etílica. Superados los iniciales problemas derivados de una mala sonorización, Josele y Pablo nos ofrecen un gran concierto en el que sus dos guitarras juegan, cómplices en todo momento, mientras la voz de Josele se encarga de llenar los vacíos dejados por el resto de la banda. De regalo, temas de su primer álbum y unos bises de rock clásico (Sherman Brothers y otras delicias) que agradecimos con aplausos antes de irnos a casa sin esperar al dj que remataba la noche. Estamos mayores para pinchadiscos entre semana.
He acabado un gran libro: “El abrecartas” de Vicente Molina Foix.
Ya es jueves. Quedan dos para el fin de semana.
El Abrecartas
Vicente Molina Foix

Desde las primeras cartas, nunca enviadas por Rafael a su amigo de la infancia Federico García Lorca, el libro es una fuente inacabable de sorpresas.
Hacer una novela con cartas, sin otro narrador que ellas mismas, y sin diálogos debe ser difícil. Leerla es muy fácil y agradecido.
tu blog ha sido un agradable descubrimiento.......seguiré visitándote.....es curioso como son las cosas!!!!!de repente me da la sensación de que pese a que coincidimos durante un año y medio empiezo, precisamente ahora,a conocer algo de tí.
ResponderEliminargracias y un besazo!!!!!