Domingo, 03 de mayo de 2009
Siento ser tan pesado, pero ser padre primerizo tiene estas cosas. Los polluelos de mirlo han llegado a su quinto día y empiezan a piar con fuerza pidiendo comida. Los padres se turnan en la tarea de buscar gusanos y otras asquerosidades con las que alimentarlos. Definitivamente son dos los polluelos que han nacido y el seguimiento es muy emocionante para todos.

Ayer rompimos la tranquilidad habitual que rodea el nido con una barbacoa en el patio de Graceland para celebrar – con un poco de retraso – los cumpleaños de Maria José, de mi madre y de mi hermana. Por fin parece que podemos utilizar el patio de Graceland en un día festivo.
Por la noche – y con un día de adelanto– disfruto de los fusilamientos del 3 de mayo (esta vez en una incruenta versión futbolística). Por una vez, aquello de “que gane el mejor” deja de ser una socorrida frase para hacerse realidad.
Me ha hecho mucha gracia los de los fusilamientos... Afortunadamente, ganó el mejor, y ya era hora de que se acabase esa persecución cansina y aburrida en el estilo de los que perdieron...
ResponderEliminarMe fascinan los dos mirlitos... En mi casa nos despiertan sus cánticos ya que el parque de enfrente está lleno de mirlos. Y eso es un lujo en una ciudad tan ruidosa como Madrid...
abrazo.