Sábado, 18 de abril de 2009
Hace días que María José y yo queríamos poner en funcionamiento las bicicletas. Nos lo impedía la pereza habitual y una capa de polvo king-size. Superadas ambas incomodidades, con un poco de aire en las ruedas y un poco de aceite en la cadena, estamos listos para salir a la calle. Hacemos un primer intento de pasear a Cass con bicicleta. Es difícil pero con un poco más de práctica lo conseguiremos sin el peligro que tiene este primer paseo.
Dejamos a Cass en casa, damos un paseo no demasiado largo y disfrutamos de la mañana soleada.
Durante el paseo hemos reservado mesa en “La Tagliatella” (Gran Vía de les Corts Catalanes, 148. Barcelona. Tel. 93 431 51 56). Volvemos a coger las bicis – después de una reparadora ducha y un poco de descanso – para ir hasta el restaurante que hace poco ha abierto sus puertas. Nos sentamos junto al gran ventanal y disfrutamos de las vistas y de la comida. Pese a ser un restaurante grande (y que pertenece a una gran cadena) nos sentimos muy a gusto.
Volvemos a casa, recogemos a Cass y vamos a correr al parque. Verla correr tras la bicicleta (esta vez sin correas que pongan en peligro mi integridad) es una gozada.
Interrumpo la siesta de María José en su mejor parte.
De nuevo en el barrio salimos a hacer unas compras y nos encontramos con Quim y Carol. Hablamos un rato a la puerta de la tienda de muebles sueca en la que hemos coincidido y nos volvemos a casa para rematar el intenso día con series (Frasier) y un poco de fútbol.
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