Alberto Manguel en El País, Sábado, 13 de enero de 2007
DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 13 de enero de 2007
Suena el despertador y 20 minutos después ya estamos duchados, vestidos y listos para salir. Nos despedimos de Eli – que se queda al mando (si Cass se lo permite) – y, con el coche, nos plantamos en el aeropuerto en 10 minutos.
Nada más subir al avión me duermo y no despierto hasta pocos minutos antes de llegar a Sevilla. Contra todo pronóstico, hace mucho frío (más que en Barcelona).
Dejamos los trastos – pocos – en el hotel (un fantástico y céntrico NH por el que no pagaremos nada gracias a la generosidad de Lidu) y salimos a patear la ciudad.
Hemos desayunado en el aeropuerto mientras esperábamos que saliera el avión, pero el frío nos obliga a hacer una parada técnica para que un cafelito nos caliente. Lo acompañamos con un cruasán (por desgracia muy flojo). La “Cervecería Giralda” nos sirve para calentarnos y para empezar a disfrutar de la amabilidad y el ambiente de la ciudad.
Siesta.
Cuando nos levantamos, después de un par de horas, ya ha oscurecido pero tenemos tiempo para visitar el “Museo de Bellas Artes de Sevilla”. A parte de la colección permanente (principalmente pintura eclesiástica – Murillo, Zurbarán, Pacheco, Valdés Leal...-) encontramos un par de exposiciones. Un “diálogo” entre la propia colección del museo y una selección de las obras del “Musee Goya de Castres” (una de las más completas colecciones de arte español fuera de España) y “Realidades” una muestra de fotografías de Pierre Gonnord de gran formato que hábilmente han sido distribuidas a lo largo de la colección permanente. La solución – atrevida – es una de las propuestas más interesantes que he visto últimamente. Las fotografías de Pierre Gonnord no desentonan frente a los cuadros que les acompañan.
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