20 noviembre 2020

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 20 de noviembre de 2020


Al inicio de mi relación con la música, Ruta 66 fue mi primera revista. En sus páginas descubrí no pocos grupos y estilos musicales y, sobre todo, una manera distinta de relacionarme con la música y con una cultura alternativa que no tenía cabida en otros medios y que incluía cine, literatura, cómics, arte... Años después, cuando descubrí que mis gustos encajaban más con Rockdelux, me pasé a la competencia (aunque seguía compro el Ruta de tanto en tanto para seguirle los pasos). Con la desaparición de Rockdelux en plena pandemia, he vuelto, como perro apaleado, a la casa que me acogió de cachorro. Este mes, Ruta 66 celebra 35 años con un número extra en el que me reencuentro con discos que me hicieron (y me siguen haciendo feliz). ¡Muchas Felicidades y gracias por seguir ahí!

El recuerdo de esos primeros años me lleva – la nostalgia tiene extraños caminos – a la estantería donde las cintas de k7 se llenan de polvo. Cojo la que está numerada con el 226. Escucho el “In utero” de Nirvana que comparte espacio con el disco de Tiernos Mancebos y un single de La Fiebre del Oro.

Escribir sobre música hace más dolorosa la ausencia de su mejor expresión. Echo de menos los directos y las salas donde he sido feliz. Echo de menos los festivales, los músicos, las apreturas de las primeras filas y el largo camino hasta la barra… Echo de menos la expectación que se produce cuando se apaga la luz, echo de menos ese momento de euforia que se produce cuando suenan las primeras notas del tema que estás esperando, cabrearme con los que hablan al fondo y contagiarme de la alegría colectiva que se respira en los conciertos. Os echo mucho de menos y cuando volváis, porqué estoy seguro que volveréis, allí estaré para resarcirme de un año perdido y daros el apoyo que ahora sólo os puedo dar de boquilla.

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