14 diciembre 2019

DIARIO DE UN OCIOSO

Sábado, 14 de diciembre de 2019

Las postales de Navidad, tres unos días de trabajo, ya están de camino a las casas de la gente a la que queremos. María José trabaja en el árbol de navidad. Tenemos pendiente ir a comprar regalos y sabemos que apuraremos hasta los últimos días. Todo indica que, poco a poco, la Navidad se está instalando en Graceland.

Hoy tengo un poco de tiempo. Vuelvo a escribir en un diario que, por su periodicidad, debería cambiar su nombre (cada quince días suelo aparecer por aquí para hacer un resumen apresurado de diferentes cosas que poco o nada importan). 

En estos 15 días – aparte de trabajo – ha habido música (un concierto a la hora del aperitivo de Albert Pla en Apolo) y hemos visto algunas exposiciones (en el Arts Santa Mònica “Jo soc allò prohibit” de Isaki Lacuesta y “Vicenç Altaió, el ulls fertils” y en la Virreina Centre de la Imatge “Esta tierra jamás será fértil por haber parido colonos” de Daniela Ortiz, “Sala Aixelá” y “Voula Papioannou Cabinet”).

A la entrada de la exposición sobre la Sala Aixelá me recibe – por sorpresa para mí – una foto de Josep Maria Casademont al que descubro como director de la sala entre 1959 y 1975. Hasta ese momento y para mí, Josep Maria Casademont era el desaprovechado profesor de fotografía que entre 1989 y 1991 intentó enseñarnos algo de lo mucho que sabía. No lo consiguió (en mi caso). Y, aunque tras las anécdotas con las que ilustraba sus explicaciones, se intuía mucho más de lo que explicaba, nunca nos habló de su trabajo al frente de la Sala Aixelá. En lo personal la exposición me ha hecho recordar. El reencuentro, aunque sea sólo con el recuerdo que su obra deja, me ha gustado.

Nostalgia también en “Retro Barcelona” que celebró su séptima edición cerca de casa. Juegos antiguos, máquinas flotando en territorios no muy alejados del olvido, tecnología anticuada y público próximo a la fecha de caducidad que contrastaba con la juventud del público mayoritario en el salón “Nice One Barcelona”.

Camino, junto a Karl Ove Knausgard, los pasos finales de su “Mi lucha”.  Estoy leyendo - y seguramente el fin de año me pillará con él en las manos - " Fin". El viaje ha sido largo y creo que provechoso.

No hay comentarios: