01 julio 2018


DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 01 de julio de 2018

Mala noche. Poco después de las cinco, Cass, muy inquieta, ha decidido que era el momento de salir a pasear. Cuando estás totalmente dormido, bajar varios tramos de escaleras irregulares con un perro ciego, no es tarea fácil. Consigo hacerlo sin incidentes, pero no consigo volver a dormirme. A la hora habitual despierto a María José y nos vamos a la playa.

Paseo por la orilla. Cass se baña e intenta comerse todas las algas que el mar ha dejado esta noche en la arena. Cuando empiezan a llegar los primeros bañistas, volvemos a casa.


Paramos en La Ibicenca y en el Arnall para comprar desayuno (llonguets, longaniza, queso y bull blanc, un cruasán y seis fantásticos bunyols de l’Empordà (según María José, los mejores que ha comido). Desayunamos en el balcón para seguir con la rutina vacacional. La sensación de vacaciones, pese a ser sólo dos días, es muy grande.

Playa, comida temprana y muy agradable en el restaurante Font Picant de Bell-Lloch, el partido (lamentable) de España en el Mundial que supone su eliminación, recoger la casa, volver a Graceland sin demasiadas colas… el fin de semana se acaba. Ha sido fantástico.

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