24 febrero 2018


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 24 de febrero de 2018

Tras leer un par de entrevistas con Philip Pullman con motivo de la publicación de “La bella salvaje”, me decidí a leer Luces del norte, la primera entrega de la trilogía “La materia oscura”. Pese a ser, aparentemente, literatura dirigida a un público joven, me pareció que encerraba mucho más y, tras acabarlo en pocos días, me lancé a la lectura de “La daga” y “El Catalejo lacado”. Me lo he pasado bien y ahora empiezo a leer “La bella salvaje” que inicia una nueva trilogía que me devuelve de nuevo a los mismos escenarios unos años antes del relato de “La materia oscura”.

En el Arts Santa Mónica dos exposiciones reflexionan, con la aportación de artistas contemporáneos, sobre la realidad y el conocimiento. “Del Vell al Nou, del Nou al Vell” nos cuestiona la memoria, su conservación y su relato. Me impresiona particularmente el “World Thing Museum” de Jordi Tolosa y la fantástica “Hospital 106” de Isabel Banal y Jordi Canudas, pero toda la exposición, que se cierra con una resultona instalación – Out of limbo – de Carlos Pazos, merece una visita. Una de las últimas a un Arts Santa Mònica que cierra una etapa para enfrentarse a un futuro incierto.


La otra exposición, “Bibliotecques insólites”, también reflexiona sobre la memoria, en este caso en torno a la conservación del conocimiento con obras, entre otros de Fernando Bryce, Antonia del Rio y Oriol Villanueva.

El arte contemporáneo nos empuja a reflexionar. Nunca he asistido a Arco pese a que era un deseo siempre presente. Ahora sé que – tras asistir a su defunción esta semana – nunca asistiré. La censura de una obra de Santiago Sierra hace que el prestigio ganado como escaparate del arte contemporáneo se esfume. La campaña de desprestigio hacia el artista, iniciada por algunos medios de comunicación y algunos voceros que escriben en ellos, nos transporta a épocas no tan pretéritas en las que la lucha entre la luz del conocimiento y la oscuridad de aquellos que prefieren luchar contra ella para apagarla, también explicada por Philip Pullman en sus libros, se decantaba del lado de los segundos.

Y mientras todo esto pasa – y como una muestra más de este retroceso de la luz, del conocimiento y de la razón- en nuestro país, hay presos preventivos y condenados a prisión por lo que piensan, por lo que dicen o por lo que cantan. Malos tiempos.

No hay comentarios: