DIARIO DE UN
OCIOSO
Viernes, 16 de
junio de 2017
Sónar, día 2
Este año se nos
ocurrió invitar a Alejandro a vivir el Sónar. No sé si podré llegar hasta el
final pletórico de energía, pero seguro que será divertido. Llegamos pronto y
aprovechamos las primeras horas para visitar Sonar Planta y la zona del Sónar+D
que cada año ocupa más espacio y tiene más peso en el Festival. Aprovechamos
también para hacer el primer recorrido de tanteo por los diferentes escenarios
que empiezan perezosamente a despertar. Un poco de Juan Ingaramo (me gusta lo
que escucho) y algo de SonarDome… no sabría decir quienes eran. La primera
sorpresa musical nos la regala Jacques y su extraño peinado. Divertido,
sorprendente e intenso nos ofreció uno de los conciertos del día.
Alejandro me
arrastra a escenarios que no pisaría sin su compañía. Así acabo viendo a Bad
Gyal. Su actuación, sin ser el despropósito de lo que me encontré ayer en este
mismo escenario, no la guardaré entre mis mejores recuerdos musicales del
Sónar. Recupero sensaciones – intensas, rozando lo salvaje - con la brutal agresión
sónica y lumínica de Evian Christ. Su actuación en la edición de este año se
recordará como una de las gozosas salvajadas del Sonar día.
Nos trasladamos
al SonarComplex para ver la actuación de Nonotak. El dúo tiene un montaje
impactante – en blanco y negro –. Alejandro se deja tentar por las mullidas
butacas de la sala pese a que los decibelios y la fuerza de la actuación son
notables. Rematamos, ya agotados, en el Village con Craig Richards. María José nos espera
en casa con unas reparadoras pizzas. No habrá Sonar noche debido a la falta de
fuerzas.
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