22 marzo 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 21 de marzo de 2016

No pensaba volver a encontrarme con Frank Bascombe fuera de alguna relectura de la trilogía de novelas protagonizadas por él y escritas por Richard Ford. Y aparece este “Francamente, Frank” que suena a despedida. Y los cuatro breves relatos – en realidad cuatro momentos de un mismo relato – nos devuelven la esencia de Frank Bascombe. Socarrón, cínico, aceradamente sincero en sus reflexiones... leer sobre él es recuperar ese particular sentido del humor y esa mirada crítica sobre la sociedad americana en tiempos de Obama y, de alguna manera, sobre nuestra sociedad. Esta vez muchas de las reflexiones de Frank giran en torno a envejecer, a la muerte y a nuestro paso por la vida... el personaje ha crecido con nosotros y se ha hecho mayor. Pero Frank Bascombe sigue siendo ese espectador escéptico que, intentando mantenerse un poco al margen de todo, cuenta las cosas tal y como las ve. La suya es una voz necesaria que siempre es agradecido leer, una de esas lecturas capaces de mejorarte un día.

Y en el TNC vemos el “Professor Bernhardi” de Arthur Schnitzler dirigido por Xavier Albertí. Reparto de lujo encabezado por Lluís Homar que está impecable en su papel de Bernhardi y por un sensacional Manel Barceló en el papel de Flint. Sus dos diálogos son de lo mejor de la obra. Bien el resto del reparto, destacar a alguno de ellos sería injusto. También merece elogios la escenografía de Lluc Castells y José Novoa que, con pocos elementos, brilla como un elemento más del montaje. El domingo era la última función y los actores la dedicaron a Carles Flavià. Yo también lo echaré de menos tanto en el barrio, como en las plateas de teatro donde solíamos coincidir.


Y de nuevo el trabajo, aunque sea en esta semana extraña, ocupa todo mi tiempo. El metro a primera hora va vacío y el teléfono no suena. Tengo la sensación de ser de los pocos que trabajan esta semana.

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