24 septiembre 2015

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de septiembre de 2015

Hay inicios de libros espectaculares. No voy a enumerarlos ahora ya que, pese a que hay unos cuantos inicios míticos que son incuestionables, cada uno tiene los suyos. Desde hace unos días estoy disfrutando mucho leyendo “El bar de las grandes esperanzas” de J.R. Moehringer y hoy me apetece compartir un arranque brillante (que anticipa lo mucho que el libro ofrece después):

“íbamos para todo lo que necesitábamos. Cuando teníamos sed, claro, y cuando teníamos hambre, y cuando estábamos muertos de cansancio. Íbamos cuando estábamos contentos, a celebrar, y cuando estábamos tristes, a quedarnos callados. Íbamos después de una boda, de un funeral, en busca de algo que nos calmara los nervios, y siempre antes, para armarnos de valor tomando un trago. Íbamos cuando no sabíamos qué necesitábamos, con la esperanza de que alguien nos lo dijera. Íbamos a buscar amor, o sexo, o líos, o a alguien que estuviera desaparecido, porque tarde o temprano todo el mundo se pasaba por allí. Íbamos, sobre todo, cuando queríamos que nos encontraran”
J.R. Moehringer
El bar de las grandes esperanzas


Una día de fiesta pone pausa a una semana laboral llena de montañas rusas. Antes, un fin de semana que queda ya muy lejos, nos sirvió para descansar. Unas fotos viejas sirvieron de excusa para pasar un rato agradable con Ramón en el patio de Graceland.

No hay comentarios: