15 junio 2015

DIARIO DE UN OCIOSO
lunes, 15 de junio de 2015

Vuelvo a la vida normal – mermado pero entero – después de cuatro intensos días trabajando en el “Tast a La Rambla”, una muestra gastronómica con los mejores restaurantes de Barcelona. Muchas horas suavizadas por un equipo capaz de trabajar mucho con una sonrisa en la boca. Ha sido trabajo… pero lo he pasado muy bien.

Más de cincuenta horas (repartidas en cuatro días) rodeado de buenos chefs y sus creaciones dan para mucho… y para probar muchas de sus propuestas.

Este es mi top 5 de los platos presentes en el “Tast a La Rambla 2015”:

En el número 1 – para mi indiscutible – la “Papada de porc amb orellanes, miso i mostassa” del Mano Rota (que se ha ganado una visita en breve). Un plato lleno de sabor y texturas, una delicia que me obligó a repetir.

 En el número 2 el “Rovell d’ou cruixent amb gelatina de bolets” del Disfrutar. Creativo, sabroso y divertido.

 En el número 3 un plato que se sitúa en las antípodas de la propuesta del Disfrutar, los “Calamarsons de xarxa amb ceba i cigrons” del Restaurant Gaig. Tradicionales, sencillos y deliciosos.

La cuarta posición para el “Shima Ají amb Aguachile i mole d’alvocat” del Espai Kru. Fresco, con un toque de picante y muy sugerente.

La quinta posición de este top cinco, la ocupa el Petit Comitè y su “Arròs negre de calamars amb alioli” otro plato clásico sensacionalmente resuelto.

También me gustaron mucho el “Entrepà de pollastre de pagès a la catalana” del Restaurant Sergi de Meià (que en el último día del Tast a La Rambla fue substituido por un no menos bueno “Mandonguilles amb sipia”), la “Coca de tàrtar de vedella amb tòfona d’estiu i parmesà” del Restarurant El Informal, el “Caneló de pollastre de pagès amb crema d’ou de reig” de la Fonda España, el “Biquini trufat” de Can Guinart, el “Taco de cochinita pibil” del Oaxaca, el “Ceviche Mixt” del Tanta y, de postre, el “Obsession” de Oriol Balaguer. El resto de platos que tuve la suerte de probar, también me gustaron (de hecho no hubo ninguno que no estuviera a buen nivel).


Lo mejor, un ambiente de fiesta y de felicidad compartida por todos aquellos que ocuparon La Rambla para darle un uso lúdico y ciudadano. Sólo en Sant Jordi los barceloneses hacen suya La Rambla con esta intensidad. Hemos de hacerlo más.


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