06 enero 2015

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 6 de diciembre de 2015

Tras unos días de desconexión – del trabajo y de todo lo demás – me reincorporo a la escritura del diario antes de volver mañana a la rutina laboral. Empieza un nuevo año y, con él, la lista de intenciones que no divergen demasiado del resto de listas incumplidas – a final del ejercicio - que se elaboran, con poca imaginación y mucho optimismo,  en estas fechas. Por lo que a este diario atañe, el objetivo es el habitual: escribir más y mejor. Espero conseguirlo y que alguien se lo pase bien al otro lado.

Pese a sus muchos sinsabores, el 2014 no fue un mal año y lo despedimos con la habitual cena rodeados de amigos – este año con menos asistencia- . Y, aunque aún no podemos saber nada del 2015, los primeros días no difieren demasiado de otros inicios de año: un día 1 que prácticamente no existe, la víspera de reyes recogiendo los juguetes que amigos y familiares nos traen para la campaña “Cap nen sense joguina” que organiza Radio Barcelona, la tradicional cena de la noche de reyes con nuestros padres…

La única novedad a un esquema que se repite año tras año es que Mireia ha venido esta mañana a recoger el regalo que los Reyes Magos han dejado para ella en Graceland. Volver a disfrutar de la magia del día de Reyes es fantástico y creo que los adultos acabamos disfrutando más que los niños.


El árbol que hizo María José aún tiñe de casa de luz azul y en la puerta de Graceland aún cuelgan dos estrellas… pero las canciones de navidad ya empiezan a sonar fuera de lugar. Mañana empezamos de verdad un nuevo año. Espero que sea bueno para todos.

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