24 diciembre 2014

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 24 de diciembre de 2014

Algo más tarde de lo que es habitual, la Navidad ha llegado a Graceland. El árbol que nos regala cada año María José ya luce y las postales – que este año hemos enviado en el último minuto de la prórroga – ya están en el correo. A horas del pistoletazo de salida, me preparo para la maratón navideña que hoy empieza.

La logística propia de estas fechas – alguna que otra compra, algún preparativo para las celebraciones que han de venir... - se ha llevado parte de mi tiempo de ocio y han sido días tranquilos sin demasiadas cosas que destacar.

He acabado mi “Reverse tour” por la familia Sales. Empecé, hace unos años, con los “Surfing Sirles” de Martín Sales – banda trístemente desaparecida por la muerte de Uri Caballero y que sigo echando de menos -. Poco después, en una de las sesiones de documentales del sótano de Graceland, vimos “Pobres, pobres... que els donguin pel cul”, la película que Lulu Martorell y Albert Pla dedicaron a Pepe Sales (antes había visto el “Cançons d'Amor i Droga. Pla es fa el Sales” de Albert Pla – también basado en Pepe Sales – pero un grandioso Pla me escondió al Pepe Sales al que homenajeaba). Finalmente, y para acabar el tour en el origen, he leído el “Incerta Glòria” de Joan Sales (tío de Pepe, tío abuelo de Martí...).

Incerta Glòria” es una de las pocas novelas universales que ha dado nuestra literatura más reciente y, pese a eso, es una gran desconocida para el gran público y – lo que es más preocupante – para el sistema educativo. La novela - ambientada en la Guerra Civil Española y en la larga posguerra – narra el conflicto y sus consecuencias desde la perspectiva de los perdedores. Lo hace sin caer en maniqueísmos, contando el sufrimiento y la incomprensión que provoca una guerra.

Esa “incierta gloria en un día de abril” - la República, la juventud - da paso a un descenso gris y largo, a una desesperanza eterna que es reflejo de las vidas de los protagonistas, peones en un juego al que todos estamos convocados para perder.


“Incerta Glòria” no es una novela fácil de leer, pero si que es muy agradecida. Pese a los años que han pasado desde su publicación – en 1956 se publicó su primera (y mutilada) edición -, y gracias a un hábil uso del lenguaje coloquial, la novela no ha envejecido y sigue leyéndose como si hubiera sido escrita hoy. Una gran novela, un clásico.

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