Diario de un ocioso
Sábado, 21 de septiembre de 2013
La primera vez que fui a casa de Yoli y Rafa me pareció que
realizaba un largo viaje hasta uno de los extremos del mundo civilizado. Yoli y
Rafa vivían en el culo del mundo. El mismo culo del mundo que, unos cuantos años
después, es nuestro barrio. Y pese a vivir en el mismo barrio -a menos de cinco
minutos - y querernos mucho, puede pasar mucho tiempo entre encuentro y encuentro. Esta vez más de un año. Nos ponemos al día
cenando en el Mug y después haciendo unas copas en la terraza de Graceland. Nos
prometemos que no dejaremos pasar tanto tiempo esta vez y estoy seguro que lo
intentaremos. Espero que lo consigamos.
Han sido días de trabajo intenso y, si miro hacia adelante,
el camino asusta. Habrá poco tiempo para el ocio los próximos días… pero si lo
hay, será bueno.
1 comentario:
esperemos que pase menos tiempo, un abrazo.
Publicar un comentario