DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 06 de junio de 2012
Hace unas semanas, Ignacio Lloret presentó en Barcelona su
libro "Tu alma en la orilla". Fui a la presentación, me compré el
libro y recordé viejos tiempos junto a Ignacio y a algunos compañeros de clase.
He de reconocer que me daba un poco de miedo y de pereza
leer el libro de Ignacio. Miedo por leer algo de una persona a la que conoces
(después me di cuenta que, pese a haber compartido aula durante unos cuantos
años, no conocía de nada al Ignacio adulto y que en realidad era como leer el
libro de un completo desconocido). Y pereza por el compromiso que supone leer
algo y tener (o no) que dar una opinión sincera. Al final me decidí y estoy muy
contento de haberlo hecho. "Tu alma en la orilla" nos explica siete
años de una relación de pareja a través de veinte capítulos localizados en
veinte playas. Ignacio consigue, contando una historia particular, hacer que
todos nos sintamos reflejados y partícipes de sus reflexiones. "Tu alma en
la orilla" no es una novela (pero tiene mucho de novela), no es un libro
de viajes (pero tiene mucho de ese genero que siempre fascina), no es un diario
personal (pero, reales o no, las anécdotas que cuenta tienen mucha verdad), no
es un libro de reflexiones sobre la pareja (pero hay muchas y te anima a
reflexionar) y tampoco es un libro sobre literatura (pese a que está lleno de
referencias literarias y cinematográficas). Ignacio Lloret recoge todos estos
géneros y crea con ellos un relato amable, ágil y fácil de leer. Me ha gustado
leerlo, veo que al menos uno de los cuarenta y dos aprovechó las clases de
lengua.
Después de una mañana de trabajo especialmente intensa no
tengo tiempo de ir a casa a comer. Decido hacer una pausa y con mi nuevo libro
en la mano (siempre hay que llevar el segundo para no quedarse sin lectura) me
acerco a Los Azulejos (Trinitat, 3 Barcelona. Teléfono: 93 304 19 79). Aunque
comeré el menú, decido regalarme antes un tequila reposado que hará más fácil
el tránsito del trabajo al descanso. En Los Azulejos hacen comida mexicana y,
aunque está excesivamente adaptada al gusto español para mi gusto, disfruto
mucho comiéndome unos molletes, unos tacos de pastor y recuperando
combinaciones de sabores que llevaba tiempo sin encontrar. Volveré pronto.
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