02 julio 2011

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 02 de julio de 2011

Sábado por la mañana. Escucho el “Lecciones de vértigo” de Josele Santiago. El bueno de Josele lleva muchos años acompañándome y nunca decepciona. El día arranca lento y gris tras el desayuno en el patio de Graceland. Es la hora ideal para sentarse delante del ordenador y repasar el final de la semana.

Jueves. El Bar Ra de la Plaza de la Gardunya reabre con una fiesta tras la remodelación que lo ha dejado como nuevo. Cervecita, buena música y algún reencuentro grato. Con Carlos, que también está trabajando – incluso un poco más que yo -, aprovechamos para ponernos al día. La terraza – ahora acosada por las obras de la plaza que poco a poco se acercan – sigue siendo un oasis que vale la pena visitar. A los espacios de siempre añaden, además, La Ratonera, un pequeño – muy pequeño -  bar con encanto que espero visitar en breve (tiene la magia de algunos de aquellos bares míticos que se perdieron por el camino). Ya por la noche, cenamos en el restaurante japonés de la puerta de al lado de Graceland con Pepe y Lidu.


Viernes. En el Ayuntamiento de Barcelona se celebra el pleno de constitución del nuevo consistorio. El acto resulta excesivamente protocolario, largo y viejuno. Nuevo alcalde y cambio de dirección. Ninguno de los discursos, algunos lastrados por una duración innecesaria, es brillante. Las noticias que van llegado (alabado sea Twitter) de la sede de la SGAE, alegran la mañana. Me encuentro con conocidos, saludados y antiguos compañeros de trabajo (Jordi, Carlos, Francesc, Carlos F, Salvador, Germán, Fabiola...).

Por la tarde, en el Arts Santa Mónica, quedo impresionado con “La fi de les aparences” de Julio Vaquero. La exposición se complementaba con los cuadros expuestos en la galería Trama que visité hace ya más de un mes. Vaquero explora los límites del realismo y los traspasa para crear una nueva realidad. Imprescindible.


Aprovecho para visitar las otras exposiciones que el Arts Santa Mónica ofrece. De menos a más: Me parece muy floja “Josep Maria Sert. L’arxiu Fotogràfic del model”. Las fotos son interesantes pero faltan reproducciones de las obras de Sert para entender mejor el uso que el autor hacía de sus fotos... una lástima. Tampoco entro en “Olor Color”. El juego que propone no me interesa pese a que alguna de las obras expuestas si que me gusta... y mucho (Palazuelo, Barceló, Ymbernon, Canogar...). También propone un juego, mucho más interesante, “Sistemes Vius” de Christa Sommerer y Laurent Mignonneau. Juego y reflexión... muy interesante. Por último “Al final de La Rambla” propone cinco reflexiones sobre el territorio en el que está situado el Arts Santa Mònica. La muestra es una necesaria reflexión sobre un territorio al que hay que aportar soluciones imaginativas.

Por la noche, en el patio de Graceland, y acompañando una de las impresionantes pizzas de salmón que prepara María José (que siempre despiertan el recuerdo de Evaskori, la pizzeria de Akaslompolo donde las descubrimos), vemos el final de la primera temporada de “Dowtown Abbey”. Seguiremos con ella la temporada que viene.

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