DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 8 de mayo de 2011
Una de las ventajas de que tu pareja cumpla años, es que puedes compartir alguno de sus regalos. Cuando uno de esos regalos es una habitación en el Hotel Sant Pol de S’Agaró, la alegría por poder compartirlo es inmensa.
Escribo desde nuestro balcón. Vistas privilegiadas sobre una playa que es mi infancia. Hace sol y el mar ruge como nunca suele hacerlo en esta playa. En la playa – aún es pronto – sólo hay cinco surfistas en remojo y un abuelo de boina que, sentado, mira al mar. Acabamos de desayunar y, mientras yo escribo esto, los gorriones que nos han acechado durante el desayuno acaban con las últimas migas de su banquete matinal y María José se regala un baño relajante.
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