01 marzo 2011

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 01 de marzo de 2011


Por primera vez en mucho tiempo – esto empezó en 2003 y este es el escrito 1518 – me he planteado la continuidad de este blog. Las crónicas, soy consciente, no tienen la brillantez de otros tiempos y tengo la sensación de que, inmerso en un bucle, me repito constantemente. Pese a eso, he decidido continuar un tiempo con la esperanza de volver a pasármelo bien escribiendo sin tener la sensación de que siempre llego tarde y con prisas. Por desgracia, no empezaré este cambio en positivo hoy mismo y volveréis a encontraros con la misma crónica apresurada de los últimos tiempos. Lo siento.

Sábado. Esta vez el aperitivo nos llevó a tierras lejanas y la Taberna de la Companyia de Alella nos acogió con su surtido de tacos de embutidos y sus patatas con salsa. A los habituales (Laura, Víctor y Mariona) se añadieron en esta ocasión Álex “El niño” y Laia. Un recorrido por la población (en el que nos encontramos con Carles P. y Dolors) nos llevó hasta el Celler de Alella donde pusimos punto y seguido a las conversaciones delante de una chimenea.

Entre cómic y cómic, y mientras me sumerjo en la Barcelona de 1700 de la mano de Albert García Espuche (fascinante, pronto os podré hablar de su último libro), he acabado “Elogio de la Madrastra” de Mario Vargas Llosa. La novela erótica del último Nóbel corría desde hace tiempo por casa y nunca me había llamado la atención (creo que el título me resultaba poco atractivo e incluso antipático). Me la podía haber ahorrado. Pese a que está bien escrita me ha resultado aburrida y artificiosa en extremo. Los interludios pictóricos resultan, a mi parecer, un experimento innecesario y fallido.

Acabo de comprar el Rockdelux del mes de marzo que viene acompañado de el tercer volumen de Momentos 2010. Mientras escribo van sonando los temas de 20 bandas nacionales. Hay temas que ya conocía y otros que descubro cuando suenan, hay temas que me gustan y otros que intentaré no volver a escuchar... me gusta cuando llega este momento cada vez. Ahora suena “Cau la neu” de El Petit de Cal Eril.

2 comentarios:

mj dijo...

Es un gusto leer las crónicas de nuetra vida y es un diario magnífico de recuerdos que caerian en el olvido de otro modo. Como se el esfuerzo que a veces te supone queria agradecerte aquí que lo hayas hecho tanto tiempo. 1100.

Lidu dijo...

Muchas veces sabemos de vosotros a través del diario. Todos podemos hacer muchas cosas, ver muchas cosas...y andamos muy ocupados, pero siempre habrá un momento, placentero sin duda, para leer el diario.No te rindas.