26 noviembre 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 26 de noviembre de 2010


Martes. Eugenio R. Serrano de Casanova fue el impulsor de la Exposición Universal de Barcelona del año 1988. Asisto a la presentación del interesante libro – en gallego, catalán y galltalán – que Joan Prados Tizón y Jaume Rodon Lluís han hecho para reivindicar su figura. La presentación es en el Centro Galego de Barcelona, espero volver pronto ya que tanto la institución como su sede están llenas de sorpresas.

Miércoles. Primer día de Primavera Club. Me encuentro con Jordi P., Jordi R. y Pep en el Apolo. Cervezas a 4’5 euros (de nuevo un precio abusivo pese a ser un festival patrocinado por una marca de cerveza), no demasiada gente y arranque tranquilo con los barceloneses Cuchillo. En La [2] Wild Nothing ofrecen un recital de sonidos sacados de los 80 (efluvios de Smiths, un poco de Housemartins, una pizca de The Cure...). No ofrecen nada nuevo... pero resultan entretenidos y evocadores. Pequeña pausa en el Rey del Bocadillo y vuelta a La [2] donde Der Ventilator me sorprenden gratamente. Pero el concierto de la noche está apunto de empezar y cambiamos de sala para ver a Triángulo de Amor Bizarro. Los gallegos arrancan con una potencia brutal que consiguen mantener durante toda la actuación. Visceralidad, energía, entrega, pasión... y mucho volumen... se le puede pedir poco más a un inicio de festival.

Rematamos la noche con una última cerveza en el Malverde (Sant Pau, 116 Barcelona). Jesús Malverde es conocido como el “santo de los narcos” y en México es venerado como tal pese a que la iglesia no lo reconoce como santo (ya que incluso su existencia real se discute). En su “templo” en Barcelona (en realidad sólo un bar con su nombre) son amables, ofrecen descuento a los que lleven la pulsera del Primavera Club y la música que ponen es buena. Volveremos.

Jueves. Segundo día de Primavera Club. Con María José y Jordi P. en Bikini. Cervezas a 5 euros (aquí es más cara, la sirven en vaso de plástico y también cobran más por guardarte la chaqueta... mal). Empezamos con Callers y, pese a que suenan muy bien, nos aburren. Los de Brooklyn hacen un pop-rock salpicado de matices jazzy pero su poca presencia escénica acabó por cansarnos un poco. Por suerte la noche remonta desde el primer momento del memorable concierto que ayer , en Bikini, ofreció Edwyn Collins. Buenos músicos, buenos temas, ritmo, dominio escénico... una de esas actuaciones que te dejan con una sonrisa en la cara y que sabes que te van a acompañar durante mucho tiempo. Hoy repite en otro escenario, creedme, vale la pena.

No hay comentarios: