24 septiembre 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 24 de septiembre de 2010


Una inoportuna lesión me deja sin el primer día de conciertos de La Mercè. Apoyado en María José cojeo hasta llegar a La Coronela donde unas oportunas micheladas y un poco de tequila no solucionan mi problema pero mitigan sus síntomas. Es una lástima porqué me apetecía oír a Nacho Umbert, disfrutar del directo de los Surfin’ Sirlas y – si quedaban fuerzas – volver a ver a Standstill. Antes – todavía trabajando – me encontré con viejos compañeros de trabajo. Me gustó volver a verlos y descubrir que – nostalgias placenteras a parte – no echo de menos ese mundo que hace poco he dejado después de veinte años de profesión.

Días de mucho trabajo y poco tiempo para el ocio. Estoy leyendo “Acción de Gracias” de Richard Ford después de acabar “Cosas que hacen Bum” de Kiko Amat.
Me gustan mucho las crónicas culturales de Kiko Amat en el Cultura/s de La Vanguardia y, aunque no siempre compartimos gustos, suelo coincidir en sus apreciaciones. Es por eso que tenía ganas de leerle en otro formato. Y pese a que, en general, me ha gustado, creo que no llega a ser un gran libro. Los principales puntos a favor de la novela– frescura en el tono y en el uso del lenguaje – son también su lastre más pesado. El lenguaje que utiliza Kiko Amat es más cercano a sus crónicas culturales que a la – buena – literatura. Hay fórmulas que funcionan en esas crónicas que se convierten en una pesada carga durante la lectura (en inglés eso debe tener un nombre... pero yo, por desgracia, no lo se). “Cosas que hacen Bum” está localizado geográficamente – las referencias espaciales son concretísimas y muy reconocibles – pero temporalmente resulta difícil de ubicar. Esta ambigüedad, quizá buscada, genera cierto desconcierto al no encontrar un contexto temporal con el que identificarse. No comparto los elogios que leí cuando el libro se publicó, pero “Cosas que hacen Bum” es una novela entretenida y que se deja leer.

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