30 mayo 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de mayo de 2010

CRÓNICAS PRIMAVERALES (y III)


Último día de Primavera Sound 2010. Decidimos darle la vuelta a nuestro habitual horario festivalero y, animados por el sol primaveral que hoy se ha decidido a acompañarnos, acudimos a primera hora con la intención de cambiar la noche por el día. Hay menos gente, muchos niños parapetados tras grandes auriculares y un ambiente familiar muy agradable. Cerveza y brisa mientras esperamos el arranque del primer concierto. El conflicto entre Lidia Damunt y Bigott lo resolvemos salomónicamente.. Me gustan más los zaragozanos con un directo divertido que acaba con una versión del “Dancing in the Dark” de las que te dejan con una sonrisa en la boca.
A partir de aquí empezamos un largo periplo por los escenarios, encontrándonos y desencontrándonos con amigos (Jordi P., María, Jordi R., Núria, Víctor, Laura y Mansblaves) y viendo algunos fragmentos de conciertos (un poco de Dr.Dog, Real Estate, The Clean, Trigger, Mujeres, Nana Grizol, Standstill...) pero sin quedarnos en ninguno demasiado tiempo. Tranquilos y sin presiones de horarios disfrutamos más del ambiente y menos de la música.

Bigott en el Primavera Sound 2010

A las diez vamos al Auditori para ver “Camarón, la leyenda del tiempo 30 años después”. Y, aunque el espectáculo dirigido por Chicuelo es un excelente espectáculo flamenco, me parece una oportunidad desaprovechada, una lástima. Y salgo con la impresión de que no han entendido nada (o quizá el que no he entendido nada soy yo, lo que es más fácil). Basarse en la Leyenda del Tiempo y relegar los puntos que lo convierten en un disco crucial de la historia del flamenco es quedarse a medias. En la propuesta de Chicuelo hay muchos adornos – bonitos, artísticos, acertados incluso en otro contexto– que, lejos de aportar valor, restan coherencia al conjunto, fuerza a un disco que la tiene toda y que no necesita los azúcares que el espectáculo del Taller de Musics le añade.
El arranque, con una “Leyenda del Tiempo” roma e instrumental, ya es toda una declaración de intenciones. No hay nada de la fuerza del tema original, las palmas que marcan el ritmo, ese rasgueo de guitarra, ese bajo eléctrico que emociona... en la versión del espectáculo todo es muy artístico, muy bonito... pero emociona poco. Los cambios en el orden de las canciones, el rebaje de la importancia de la electricidad en los temas en los que esta reina e incluso la pérdida del papel protagonista del cantaor en algunos de los temas, la desaparición del sitar, también restan fuerza al conjunto. Curiosamente, lo que me parecía una anécdota simpática – la aparición de Kiko Veneno - se convirtió en el momento con más verdad del espectáculo. Kiko hizo una versión “KikoVeneniana” de su “Volando Voy” seguida de un colectivo“Camarón” de Pata Negra, como homenaje final, mostrando lo que pudo haber sido y no fue.
Pero no quiero despedir esta larga crónica sin destacar la parte positiva del espectáculo, que la tiene y mucha. El espectáculo es un muy buen espectáculo de flamenco fusión, apto para todos los públicos (que no hubieran conectado tanto con una “Leyenda del tiempo” más fiel al original de Camarón) y con grandes artistas que vale la pena ver. Menciones especiales merecen Chicuelo, Duquende, Silvia Perez y la bailaora Rafaela Carrasco.



Y un pequeño aparte para el imbécil que tenía sentado detrás: 1. Alelado: aunque te sepas la canción no es necesario acompañar al cantaor a grito pelado. Aunque te parezca que tus balbuceos se parecen a sus quejios, créeme, están a años luz. 2. Si no eres capaz de mantener el compás y tienes menos gracia dando palmas que una de las focas del zoo, hazte un favor – y haznos un favor a los demás – y apláudete la cara (si puede ser en casa). Los que están en el escenario no hacen palmas para animar al público a hacerlo, su función es musical. 3. También sería bueno que dejaras de aburrir a tus amigos con tus tópicas frases de presunto entendido.

Y tras el espectáculo toca cena en la zona de restauración, despedidas y regreso a casa pasando antes por casa de mis padres a recoger a Cass. Todavía quedan conciertos a los que no me hubiera importado ir y hoy domingo todavía podría seguir con grupos que me gustan mucho... pero me he cortado la pulsera. El Primavera Sound de este año se ha acabado para mi, y el balance no puede ser mejor. El año que viene, si puedo, más. Empiezo a contar los días.

así ha quedado el horario después de tres días de Festival

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