DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 20 de julio de 2009
Después de mucho tiempo la hamaca cuelga en el patio de Graceland. Colgarla era fácil y hacerse con los ganchos todavía más. Pese a eso han pasado más de tres años desde que Olivia y Roberto me la regalaron. No tengo perdón.
Acabamos de comer, mientras María José se pone al día con su correo electrónico en la mesa del patio yo me estiro en la hamaca. Hace calor pero – a ráfagas – llega un aire fresco que acaricia y hace sonreír deseando más. De los patios de las fincas vecinas llegan gritos de niños jugando. Huele a verano. Poco a poco caigo en la inconsciencia ayudado por el lento balanceo. Cass duerme también a mis pies.
No sé cuanto tiempo duermo, pero me despierto como nuevo. Será la primera de muchas... si consigo echar a María José que se ha hecho con ella ahora.
20 julio 2009
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