14 abril 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 12 de abril de 2008


Viernes. Celebramos el cumpleaños de María José con una cena en “Le Quattro Stagioni" (Dr. Roux, 37. Barcelona Tel. 93 205 22 79). Cuando llego veo el coche aparcado en la puerta, María José me espera ya sentada en la mesa. Ha sido un día intenso para ella: llamadas, visitas de amigos, mails de felicitación, regalos, mensajes... y está muy contenta.

El restaurante – que hace años que tenía en la lista de “pendientes” – es justo lo que nos apetecía: un comedor acogedor, con las mesas muy separadas, tranquilidad y comida (italiana) con forma de comida (hay cierta creatividad pero sin perder de vista que el cliente ha ido a comer y no a experimentar).
De primero me decido por una Piadina rogmanola calda (que está deliciosa) y María José me deja probar sus (espectaculares) parpadelle con carciofi. De segundo yo me decido por una Tagliata de vitello (muy buena). La tradición es la tradición y de postre caen unos cannoli – esta vez de de frutos secos -.
Todo está muy bueno, el servicio es atento, el local agradable y la carta está trufada de interesantes sugerencias que aseguran futuras visitas. El precio - 35 euros por cabeza bebidas aparte – provocará que tardemos un poco más de lo deseable pese a la buena relación calidad precio.

El día ha sido muy largo y, pese a que la conversación es tan agradable como siempre y apetece continuar, el cansancio nos vence y decidimos seguir en casa.

Sábado. Conseguimos, después de que suene ese despertador perruno que adquirimos hace un poco más de dos años, ponernos en funcionamiento y un par de horas después ya estamos en S’Agaro. Nada más llegar damos un paseo con Cass por el bosque – aquí la dejamos suelta con más tranquilidad -. Pese a alguna persecución pajaril durante la que pierde el norte – y el sur, y el este y el oeste... -, no se aleja demasiado de nosotros y es agradable verla correr.

A medio día nos acercamos a Romanya de la Selva donde hemos quedado con Mª Carmen y “El Jefe”. La excusa para este – alejado de Barcelona – encuentro es la presencia de una de las acuarelas de Mª Carmen en la Exposición de Acuarelas en Homenage a Mercé Rododera que la Agrupació d’Aquarel·listes de Catalunya ha organizado en “El Refugi”.

Es ella misma la que nos hace de guía presentándonos algunos de los cuadros de sus compañeros de exposición y hablándonos de la obra de los que más nos gustan y sonrojándose cuando – después de pasar por el resto de obras expuestas – nos enseña su acuarela haciéndonos notar todos los insignificantes errores que contiene y obviando todas sus virtudes – que son más de las que ella quiere reconocer -.

Restaurant Les Gavarres
Después de alimentar el espíritu, toca alimentar el cuerpo y, para ello, tenemos mesa reservada en el mismo recinto de “El Refugi”, en el restaurante “Les Gavarres” (Romanya de la Selva. Tel 972 83 30 60).

El emplazamiento del restaurante es privilegiado. Desde los ventanales del comedor tenemos una excepcional vista de las primeras estribaciones de “Les Gavarres” y de la comarca de la Selva. Nuestra mesa, situada junto al ventanal, está muy alejada de las otras mesas. Una chimenea ambienta desde el centro del local y hoy – no podía ser mejor – hay pocas mesas ocupadas.

Tras no pocas indecisiones – la carta es amplia y hay muchas sugerencias del día – me decido por las perlas de la cocina (un plato que recoge cuatro de las propuestas de la carta presentadas en pequeñas raciones. Hoy: una ensalada de queso de cabra (envuelto en hojaldre), un carpaccio de ternera con crujiente de parmesano, vieira y escalibada con anchoa) que, como entrante, resulta ideal.
De segundo – tras más dudas – me decido por un – monumental – rabo de buey.
rabo de buey de les gavarres

Pincho un poco con el postre – chocolate picante – mejor presentado que conseguido, pero el error ha sido mío ya que los otros postres – un coulant y una tarta de manzana están buenísimos.
El precio – 35 por persona, bebidas aparte – resulta muy interesante por lo que hemos obtenido a cambio y lo bien que hemos estado (ahora, al revisar la cuenta para escribir esto, veo que no nos cobraron el vino ni los cafés... espero que la modesta publicidad que supone esta crítica favorable les compense el error).

Bajamos hasta la playa de Sant Pol y , después de recoger a Cass, damos un largo paseo por el Camí de Ronda hasta la Conca.

Alargamos la jornada con una cervecita en un bar de la playa mientras alargamos la conversación. Son más de las 9 cuando volvemos a casa para cenar y ver un poco de “Super Size Me” antes de irnos a dormir.

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