22 noviembre 2007

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 22 de noviembre de 2007


Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas
Leo uno de esos clásicos que, pese a tenerlo siempre presente, no había caído en mis manos. Es difícil leer “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad sin pensar constantemente en las imágenes de Apocalypse Now. Es completamente imposible imaginarse a otro Kurtz. Mi Kurtz, el de todos los que hemos visto la película de Coppola, es un Buda cociéndose en su propio sudor, los ojos que han visto el horror siguen siendo los de Brando. Y quizás, por todo esto, es imposible leer “El corazón de las tinieblas” tan y como Conrad lo escribió, las imágenes y las sensaciones están demasiado dentro de todos nosotros como para apartarlas durante la lectura.
Me ha gustado, mucho, pero no sé si he leído un libro o he revivido una película (cosa que tengo que hacer en breve).

La semana pasa, como la novela de Conrad, en “El corazón de las tinieblas”. Me salvan del “horror” una cena en casa de mis padres, las mañanas y las noches en compañía de María José y la mirada puesta en ese fin de semana que parece no moverse pero que se acerca a buen ritmo.

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