30 octubre 2007

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 28 de octubre de 2007


Hemos dormido una hora más, el cambio horario produce un considerable ahorro de energía, ahora por la mañana no será tan oscuro... por más que intento creerme los argumentos a favor, no consigo dejar de acordarme de la madre del idiota al que se le ocurrió el cambio horario que nos martirizará durante los próximos meses. Quizás el ahorro energético es importante pero en el otro plato de la balanza tendríamos que poner algo tan intangible como la felicidad y los gastos en farmacopea que la medida produce.

Intento capear el cambio horario con la lectura de “Moby Dick” de Herman Melville. Me esperaba un libro más fácil y, pese a que en algunos momentos me atrapa y me gusta, me está costando más de lo que me esperaba (la traducción, creo que demasiado fiel al original, también influye en esta inesperada dificultad).

Por la noche despedimos el fin de semana con una – mil veces aplazada – cena con Yoli y Rafa en el Sakuraya. Sentados en la plancha disfrutamos de una cena impresionante mientras celebramos los cumpleaños de los dos.

Mañana, lunes, volvemos a la carga. Pero la semana es corta y sabremos capearla.

2 comentarios:

Bruxa dijo...

Hay libros que simplemente son un tostón. Moby Dick es uno de ellos. Yo me lo leí "en diagonal" porque no me quedaba más remedio (en mi licenciatura) pero desde luego no me quedaron ganas de volver a intentar una lectura más pausada :P

xavi dijo...

Le estoy dando una última oportunidad ya que, pese a que creo que tienes razón - le sobra muchísimo y ha envejecido mal -, también tiene grandes momentos que me atrapan. Lo que me cuesta es la paja inútil que navega entre estos fragmentos interesantes y una traducción - al catalán - que intenta reflejar al máximo el lenguaje original (cosa que seguramente es elogiable pero que dificulta su lectura hoy en día)