13 agosto 2007

“ Fue la primera vez que advertí que tal vez lo elegante podía ser algo distinto de lo que había siempre pensado, tal vez lo elegante era vivir en la alegría del presente, que es una forma de sentirnos inmortales.”
Enrique Vila-Matas. París no se acaba nunca


DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 13 de agosto de 2007


Vacaciones. Día 15

El ecuador de las vacaciones empieza con un nuevo desplazamiento. En Graceland todo está como lo habíamos dejado y, una vez recogida la aparatosa impedimenta que hemos cargado durante nuestro vacacional trayecto, vuelvo a disfrutar de las delicias de una conexión a internet de banda ancha (los síntomas del mono acumulado durante estos días, se disipan poco a poco dando lugar a una deliciosa sensación de bienestar).

Aprovecho para poner al día este diario, para escribir un poco para el blog de Barcelona (lo último que he publicado es un artículo sobre nuestro último hallazgo, La Garrotada 2, una sencilla marisquería donde todo está buenísimo) y para ver que han hecho durante estos quince días toda la gente que tengo enlazada y cuyos blogs suelo leer.

Estamos cansados del desplazamiento (¡De poco más de una hora!) y no apetece cocinar. Por suerte el “Sakuraya” está a una distancia razonable (que podemos superar pese al calor y a la limitada reserva de fuerzas con las que contamos) y nos evita desagradables e inútiles cansancios.

Como mi último “Pelón Pelo Rico”, vuelvo a jugar con el “Dirty Harry” y escucho mis viejos discos para ilustrar la sección más constante (pese a su juventud, creo que lo es) de este inconstante relato de mi día a día.

DISCOS VIEJOS que hace tiempo escuché (V)
Bergia. De aquellos años verdes


Javier Bergia. De aquellos años verdes. La foto es malísima pero estoy de vacaciones
Para muchos los singles son una parte de un pasado que, en muchos casos, no llegó a ser suyo.
Para mí, durante unos años, esos discos de siete pulgadas con una o dos canciones fueron mi principal fuente de aprovisionamiento musical. Guardo los singles de mis padres (heredados cuando en su casa desapareció el tocadiscos), los que fui adquiriendo en mis primeros viajes a las tiendas de discos y los promocionales que llegaron hasta mis manos cuando mi afición a la música se convirtió en algo más y empecé a hacer programas de radio que nadie escuchaba.
En esta época llegó hasta mis manos este single de Javier Bergia editado por GASA (Grabaciones Accidentales, S.A.) en el año 1990. Yo no solía poner cantautores en mi programa “Radio Texas” (dedicado al pop en castellano) pero ya entonces tenía la sana costumbre de escuchar todo lo que caía en mis manos y la canción de la cara A del disco me cautivó y se convirtió en una de las “clásicas” del programa.

De aquellos años verdes es una deliciosa canción a esos primeros amores, a lo que perdemos con los años - entre otras cosas, nuestra capacidad de recordar esas primeras sensaciones que tan intensas nos parecieron entonces y que tan lejos nos quedan ahora-, a nuestra inocencia - perdida o no -...
Aún hoy – han pasado ya más de 17 años – sigue apareciendo en los recopilatorios que María José y yo nos hacemos para viajar y la cantamos cada vez que suena, recordando también “aquellos años verdes”.


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