DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 14 de agosto de 2007
Vacaciones. Día 16
En Graceland también hay silencio. Es un silencio distinto, de abandono, de ciudad fantasma en la que sólo quedan cuatro. Lo confirma mi paseo matutino con Cass a por el pan y el periódico – que aquí sirven a una hora decente -. En la calle no hay nadie, las tiendas están cerradas y carteles de similar redacción cuelgan de todas las persianas.
Al volver a casa desayuno con María José, salimos al parque a jugar con Cass y nos vamos al Club para seguir teniendo sensación de verano. En el Club leemos, tomamos el sol y nadamos un poco antes de volver a casa para entregarnos a una enorme sesión de sillón y series (“4400”, “Torchwood” y “Jericho”).
Por la noche hacemos un bocata en el vecino “Bar de la Plaça”. Mi hamburguesa completa es sensacional y el bocadillo de lomo con roquefort de María José está buenísimo. Ahora entendemos la razón que hace que, de todos los bares de la plaza (creo que son seis y un restaurante chino), este sea el único que siempre está lleno. El verano y las vacaciones no pueden estar mas presentes.
15 agosto 2007
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