11 febrero 2007

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 11 de febrero de 2007


Sábado. Poco a poco Cass se está civilizando y ya nos permite dormir hasta una hora razonable. Nuestras salidas se producen ahora cuando las calles ya están puestas y siendo usadas por gente de todo tipo, tamaño y condición. El hecho de no ser el único usuario de este bien municipal me obliga a cuidar un poco más mi habitual vestimenta modelo “morning homeless”, pero con el pelo no hay solución posible (y el viejo truco de ponerlo bajo la capucha de la sudadera he observado que asusta más que tranquiliza a mis conciudadanos). Compro el desayuno, los periódicos y vuelvo a casa para tomar un café con María José mientras damos buena cuenta de los periódicos.

Hoy el desayuno se hace esperar un poco ya que vienen Sus y Alberto y se pierden aterrizando en una calle homónima a la nuestra que hay en Barcelona. Al final consiguen llegar y nos regalamos un desayuno impresionante (donuts, ensaimadas, cruasanes de chocolate y crema y tarta de manzana). La espera ha valido la pena. mimosa en florMientras esperábamos hemos aprovechado para dejar la casa un poco más presentable para la visita. En el patio de Graceland la mimosa ha florecido.

Poco después de las doce – llegamos un poco tarde – abrimos la puerta del negocio que hoy inaugura Emma. Nos encontramos un montón de amigos: Jordi P, Víctor, Laura, “El niño”, Quim, Carol y conozco a Montserrat (de la que ya sabía cosas a base de leer su blog). Vemos el local – mucho más bonito y espacioso de lo que Emma decía -, hablamos con amigos, bebo mucho cava y pasamos un buen rato. Molta sort!!

Vuelta a casa. Nuestro plan es no hacer nada en lo que queda de fin de semana y hasta ahora – casi las ocho de la tarde del domingo – lo hemos cumplido.

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