05 diciembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 4 de diciembre de 2006


María José se ocupa de todo para que yo me pueda ir al Club a gozar de una mañana de descanso. Al sol, con el mar delante alegrándome la vista, leo “Fantasmas” y disfruto de una calma a la que había renunciado últimamente. Me acuerdo de cuando podía disfrutar de esto a diario y pienso en otros paraísos perdidos.

Estamos en diciembre y el sol permite quitarse la ropa, estirarse al sol y nadar en la piscina exterior (climatizada) sin miedo a congelarse al salir del agua. Mi lamentable estado de forma se hace evidente cuando, tras unas tristes piscinas, paso más tiempo en la cabecera del carril que nadando.

Pero dijo algún descerebrado que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Me voy a trabajar con la estúpida sensación de haber tenido algo dos veces bueno. Quizás soy raro, pero preferiría que no fuera tan bueno y seguir disfrutando de ello.

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