14 octubre 2006

“No se era muy exigente en Levy Pants. La puntualidad era motivo suficiente para el ascenso. El señor González se convirtió en jefe administrativo y pasó a controlar a los pocos y alicaídos oficinistas que quedaban a sus órdenes."
John Kennedy Toole. La conjura de los necios

“Si hubiera más empresas como Levy Pants, estoy seguro de que las fuerzas laborales de Norteamérica se ajustarían mejo a sus tareas. Allí no se importuna en absoluto al trabajador que es claramente digno de confianza. El señor González, “mi jefe”, aunque sea bastante cretino, resulta, sin embargo, bastante agradable. Parece que siempre está atemorizado, demasiado, desde luego, para criticar la tarea de cualquier trabajador. En realidad, es capaz de aceptar casi cualquier cosa, y es, por tanto, atractivamente democrático, a su modo subnormal.”
Ignatius J. Reilly. Escrito en una hoja de papel con membrete de Levy Pants


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 13 de octubre de 2006


El día de hoy marca el inicio de un periodo de estulticia ilustrada en Levy Pants. Todas las disfunciones acumuladas durante meses de inoperatividad estallan con fuerza cuando la maquinaria se somete a una mínima tensión. Sobreviviré, pero espero que el precio a pagar sea asequible para mi bolsillo espiritual.

La buena noticia es que, muchos meses después de su inicio, podemos dar por acabada la mudanza a Graceland con la desaparición de la última de las cajas que nos han acompañado durante este largo periodo.

No hay comentarios: