26 marzo 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 25 de marzo de 2006


Víctor “Mans Blaves” me ha enviado, desde Lisboa, la postal más horrible que jamás he recibido. En ella aparece retratada la versión lusa de la abuela del anuncio de postal de pesadillala fabada plantada con orgullo en el centro de su cocina. Una cocina, si he de ser fiel a la realidad – y perdónenme ustedes si están comiendo-, comida por la mugre. La sonrisa desdentada de la protagonista también es motivo de inquietud y me perseguirá, a partir de hoy, las noches de indigestión. Gracias Víctor, me lo merezco por provocarte.

Me levanto pronto, doy de comer a Cass, juego con Cass, riño a Cass y despierto a María José. Desayunamos (por fin un desayuno tranquilo en muchos días) y conseguimos salir pronto con destino al veterinario. Hoy toca ponerle la última vacuna y el chip a Cass, en 10 días podremos salir a la calle.

Dejamos a Cass en casa y vamos a casa de Jordi R. y Nuria. Primero un aperitivo mientras nos ponemos al día y hacemos planes para próximas salidas. Comemos en la terracita al sol, primera de la temporadaterraza, al sol, un sensacional arroz que nos ha preparado Nuria. Acompañamos el arroz con un “Embruix” del “Celler Vall LLach”, un vino fantástico que me regalaron hace unos días y que estaba esperando el momento oportuno para colarse en nuestro menú. Queda inaugurada la primavera, las comidas al aire libre y el disfrutar de la bonanza del clima en compañía de buenos amigos.

Vuelta a casa. María José duerme y yo veo “the majestic”, me gusta.

Por fin hoy es el día. Juan Tamariz actúa en nuestra ciudad y nosotros, por tercer año consecutivo, estaremos allí. Vamos con tiempo ya que tenemos las entradas de unos amigos de Olivia. Al llegar al teatro me doy cuenta del gravísimo error que he cometido (el teatro que pensaba, no es el teatro para el que tenemos entradas). Pánico. Pregunto a los primeros que pasan, una pareja con un cochecito de niño que, por suerte, lo tienen claro (muchas gracias, sin vosotros no habría llegado a tiempo al teatro “joventud”). Siguiendo sus indicaciones cogemos el metro, tres paradas, corremos unas cuantas calles y por fin llegamos y entregamos las entradas. Ahora toca encontrarse con los amigos (Albert, Esther, Víctor, Laura, Yoli, Rafa, Marta, Alberto y Espe), recuperar el aliento y disfrutar del espectáculo. Magia. Una gozada.

Dos horas de sonrisas e ilusión después, buscamos y, finalmente encontramos, un sitio donde nos den de cenar. En la pizzeria “De Angelis” (Ctra de Collblanc, 29 l’Hospitalet Tel. 934495727) cenamos mientras comentamos la jugada. Mi pizza, pese a que parece un cruasán gigante, está buenísima.
Estamos cansados. Me gustaría tener fuerzas para poder seguir, para alargar un día fantástico. Pero busco y no las encuentro. Volvemos a casa, ahora toca descansar.

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