12 enero 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 10 de enero de 2006


Lunes. Decidimos ir a comprar al Makro, cogemos el coche. El Makro es un autoservicio mayorista que no está lejos de casa. En teoría tendríamos que tardar quince minutos en llegar.
Quince minutos después de salir conseguimos llegar... al punto de partida. El segundo intento sale mejor: nos perdemos, preguntamos, nos metemos en un atasco, nos equivocamos, volvemos a preguntar y, finalmente, rodeados de camiones amenazadores que nos hacen sentir como el protagonista de “El diablo sobre ruedas” conseguimos llegar al Makro.

El Makro es genial. Pasillos y pasillos llenos de cubos gigantes repletos de mayonesa, imposibles tarros de pepinillos, barriles de aceitunas tamaño familia muy numerosa, cajas de bebidas... no tenemos mucho tiempo, compramos y nos prometemos una futura visita para disfrutar con tranquilidad de esta cueva plagada de tesoros.

Literariamente el año no podía haber empezado mejor. Tras acabar “Rebeca” – que me ha encantado – he empezado “Toquio Blues” de Haruki Murakami (estoy empezando pero me ya desde las primeras páginas parece delicioso).

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