DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 2 de noviembre de 2005
Empieza la semana y, a la vuelta de la esquina, nos encontramos con un día festivo. que es recibido con la alegría que se merece. Lo gastamos compartiendo Graceland con la familia. El tiempo - este verano que se resiste a abandonarnos definitivamente - acompaña y nos permite comer en el patio y alargar la sobremesa hasta que el sol desaparece - maldito cambio de hora -.
No hay tiempo para mucho más. Se agota el día festivo y detrás aparece otro día laborable, y después otro... y otro más.
03 noviembre 2005
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