20 octubre 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 20 de octubre de 2005


La semana pasa alarmantemente lenta. Aprovecho el ritmo reposado para acabar “L’Historiador” (que, pese a que me ha gustado, no es la joya literaria que alguna crítica literaria proclama) y he empezado “Pandora al Congo” la nueva novela de Albert Sánchez Piñol (el arranque, de momento no puedo decir mucho más, me ha encantado y el libro me tiene totalmente cautivado).

Miércoles noche. Volvemos a nuestro viejo barrio y vemos los cambios que en sólo dos meses ha experimentado. El motivo de la visita es una cena pendiente con Jordi R2 en el “Santa Caterina Cuines” (Tel. 932689918) un restaurante nuevo situado en el interior del mercado de Santa Caterina. Jordi llega un poco tarde pero lo perdonamos inmediatamente cuando nos obsequia con un fantástico pan casero recién hecho (razón de su pequeño retraso).
El atractivo espacio del restaurante (abierto, con techos muy altos y lleno de plantas) me hace olvidar rápidamente alguno de los inconvenientes (no reservan, mesas compartidas, no se puede fumar en las mesas – no soy fumador pero me molesta la limitación impuesta a los fumadores - ...). Los platos, todo es para compartir, van llegando y todo está muy bueno. El público, que probablemente es la primera vez que visita el barrio, es otra de las cosas que me sorprende.
Hablamos, como siempre, de todo un poco y tenemos ganas de alargar pero el madrugón que se adivina en el cercano horizonte de mañana por la mañana nos hace desistir.
Al salir me cruzo con “Gallo” que está sentado en la barra inmerso en ese mundo particular del que pocas veces sale. Me alegra volverme a encontrar con uno de los últimos personajes pintorescos de la ciudad, hacía mucho que no lo veía.

Jueves. Me levanto pronto y desayuno con María José el delicioso pan que ayer nos hizo Jordi (motes gracies).

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