20 julio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 19 de julio de 2005


Vacaciones, día 2.
Hoy hace 10 años que María José y yo empezamos la aventura fascinante que ha supuesto vivir juntos. No es un aniversario de boda pero, dadas las circunstancias, es lo más parecido que podemos protagonizar.

Como cada día desayunamos juntos. No hay pasteles ni velas pero si que hay algo en el ambiente. Es el último aniversario que celebramos en esta – nuestra primera – casa. Ilusión y un poco de pena se mezclan con la alegría que sentimos.

María José se va a trabajar y yo pierdo la segunda batalla – corta e incruenta – contra los virus que invaden el ordenador retrasando la publicación regular de este diario.

Decido salir y airearme un poco. Me encuentro con Toni en la Meridiana. Le he engañado y no sabe que nuestro destino es el Canódromo. Un par de cervecitas, entre carrera y carrera, acompañan nuestra conversación.
El ambiente que nos rodea es el habitual: jubilados, “profesionales de las apuestas perrunas” y ociosos habituales. Nos sentamos junto a la mesa – mejor despacho- de uno de ellos (perteneciente a las tres castas ya citadas). El montaje que tiene desplegado nos intriga y nos fascina por igual. Su archivo (con fichas de todos y cada uno de los perros) es gigante y su método de estudio ejemplar. Primero coge el programa, lo estudia, hace anotaciones y saca de su archivo las fichas correspondientes a los seis perros que correrán la próxima carrera. Estudia a fondo las crípticas anotaciones que tiene en las fichas, las compara, se levanta y se va a apostar. Tras la carrera anota los resultados, corrige las fichas, las guarda y vuelve a empezar. Espectacular, impresionante.

Toni y yo hablamos de todo un poco y Toni me cuenta que su situación laboral – después del mal rato que le ha hecho pasar la empresa que está intentando quedarse con la totalidad del mercado en el ramo en el que trabajamos los dos – empieza a aclararse. Me alegro mucho, se lo merece.

Recojo a María José en el trabajo. Nos acercamos a l’H y nos encontramos con Jordi R3 en Graceland. Nuestro nuevo hogar está ya listo, la semana que viene nos darán las llaves. Nos quedamos solos y empezamos a distribuir espacios, a colocar muebles imaginarios y a soñar con cenas con amigos, fiestas y tardes de lluvia. Creo que me gustará mucho vivir aquí.

Vuelta a Barcelona, siesta y cena en el “Panyvino” (Consolat del mar, 15 Tel. 932687776) que se ha convertido en nuestro restaurante de cabecera. Al volver a casa nos entregamos al enfermizo visionado de los cuatro episodios que nos quedan para acabar “Sexo en Nueva York”. Es muy tarde cuando nos despedimos definitivamente de la serie.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues muchas felicides y que podáis celebrar muchos mas ;)

Anónimo dijo...

Estoy pensando en ir otro día al Canodromo para preguntarle al jubilado de las fichas como funciona ese sistema. La curiosidad me corroe, jajaja.

Enhorabuena por esos 10 años!
Una abraçada!

xavi dijo...

muchas gracias a los dos.
Un abrazo