06 julio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 05 de julio de 2005


Las bicicletas, olvidadas en un rincón, merecen un mejor trato. El largo periodo en el que se han visto condenadas al ostracismo ha dejado en ellas secuelas que deben ser reparadas. Una puesta a punto las deja preparadas para futuros usos. A mediodía voy a enterrar el resto del día en Levi Pants.

Acaba la jornada en Levi Pants. Hay buen ambiente en la empresa de la ciudad vecina, las vacaciones – que empiezan a otearse en el horizonte – no son ajenas al buen rollo que se respira.

Con un taxi me acerco a casa de Olivia y Roberto. Hoy, María José y yo, somos los canguros de Martina. Nuestra tarea consiste en zamparnos la cena que nos han dejado preparada (un verdadero banquete) y levantarnos un par de veces del sofá para comprobar que Martina sigue durmiendo. Un trabajo duro.
Aprovechamos para ver “Mujeres desesperadas” y leemos un rato.
Llegan Olivia y Roberto, el concierto que han ido a ver (Miguel Poveda y Martirio) les ha encantado. Hablamos un rato pero es tarde y estoy muy cansado. Decidimos volver.

Acabo “1421” y decido empezar un clásico. Tengo ganas de leer “Mujercitas” desde que acabe “Las Hermanas Zinn”, un homenaje de Joyce Carol Oates al libro de Louisa May Alcott.

1421, EL AÑO EN QUE CHINA DESCUBRIÓ EL MUNDO
GAVIN MENZIES
1421. Gavin Menzies
En 1421 el emperador Zhu Di puso en funcionamiento un proyecto de dimensiones nunca vistas hasta la fecha. En marzo de ese año partió de China una gran flota compuesta por 107 juncos (de hasta 150 metros de eslora) con la misión de recaudar tributos de todos los pueblos del mundo a lo largo y ancho de los mares.
La flota se dividió y sus diferentes unidades llegaron a America (70 años antes que Colon), a Australia (350 años antes de Cook), a la Antártida, a Groenlandia... A su vuelta a China –dos años después - el país había cambiado y la apertura de la época de Zhu Di dio paso a un aislacionismo total. Pero su trabajo no cayó en saco roto, los mapas que sus viajes dejaron y el dominio de la navegación fueron las bases que permitieron los “descubrimientos” de las flotas organizadas por las naciones europeas.

Esta es la teoría que el libro de Gavin Menzies defiende. Me gusta creer en ella y en el libro el autor desarrolla una serie de teorías que me ayudan a creerla. Pero la historia no se escribe con hipótesis. Una vez establecidas hay que demostrarlas y todas las pruebas que Menzies aporta son circunstanciales o están pendientes de investigación.
Mientras la investigación avanza yo me replanteo todo lo que hasta ahora me habían hecho creer. Espero que las pruebas irrefutables lleguen pronto

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