24 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 22 de mayo de 2004


Es imposible abstraerse a la boda real que hoy se celebra. Radios, televisiones y periódicos se han empeñado en centrar su atención en la única noticia que hoy parece importar.
Nuestro plan de huida de la civilización, hábilmente ingeniado por Iola y David, no consigue apartarme totalmente de un hecho que, pese a no importarme absolutamente nada, me veo obligado a pagar solidariamente con el resto de habitantes de este país.
A las 11 nos encontramos con Iola, David, Laura, Víctor y Ona, y salimos con destino a Can Cuadros.
Dos o tres equivocaciones de ruta después, llegamos a nuestro destino. Can Cuadros es una casa de turismo rural situada en Palouet, un pequeño pueblo de la comarca de La Segarra (Lleida). A llegar, M. Àngels nos acompaña por un laberíntico interior hasta nuestras habitaciones. La que nos ha tocado a María José y a mí se llama “La Grepia” y está llena de fotos y botellas antiguas. La presencia de un reclinatorio me provoca cierta inquietud y el cuadro en “honor a los valientes” españoles en el norte de áfrica no consigue el efecto sedante que, sin duda, buscaba el decorador. El viaje en el tiempo que propone la habitación se me antoja excesivo.
Para comer nos recomiendan “Can Solé Xic” (Plaça Major, 10. Claret. Tel. 973296008). Claret es un pueblo muy pequeño (cuatro casas rodeadas de campos). Nos tratan y comemos muy bien.
Al salir damos un paseo por los alrededores y, una vez más, me pregunto que hacemos apiñándonos en ciudades teniendo tanto espacio disponible.
Claret Can Solé Xic
Vuelta a Can Cuadros y siesta. Se acerca la tormenta. Mientras descarga improvisamos una tertulia en una sala común esperando la hora de cenar.
La cena, a la luz de las velas en algún momento por un inoportuno apagón, resulta excelente (una sopa de ajo deliciosa, unos impresionantes canalones y helado de higo).
Sobremesa y larga (y muy divertida) partida al diccionario.

No hay comentarios: