31 mayo 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 30 de mayo de 2004


Con la llegada del verano, y la mayor presencia de turistas en la ciudad que este comporta, el Ayuntamiento ha decidido seguir promocionando los deportes autóctonos dentro del marco del Fórum de las Culturas que tanto nos está martirizando.
Uno de los deportes que se ven favorecidos por nuestro consistorio ha sufrido, en los últimos años, un auge espectacular y tengo la suerte de, al ser un deporte callejero, poder apreciarlo con frecuencia desde mi ventana. Las carreras improvisadas son espectaculares: primero pasa un individuo -normalmente joven, en buena forma física y con un objeto en la mano para lastrar la ventaja que su físico impone ante su perseguidor – y detrás uno o varios turistas – de mayor edad y presencia física más bien dudosa- que gritan sin duda expresando la diversión que la práctica del deporte les está deparando.
Esta espectacular práctica deportiva, que en tiempos del Fórum sirve como punto de encuentro entre diferentes culturas, se celebra, gracias a la permisividad y el apoyo tácito de las autoridades de mi ciudad, en los circuitos que el día a día ha convertido en habituales. Y hoy, por desgracia, el día ha empezado con una de estas carreras en las que un visitante de la ciudad no tiene nada que hacer ante la supremacía de los corredores habituales.

Día fantástico y tranquilo con María José. Damos un paseo por el barrio y paramos en la terraza veraniega del Black Horse (abre los sábados y los domingos a las 12) para tomar algo y leer el periódico.
Por la noche quedamos pronto para cenar con Yoli y Rafa en “La dolça Herminia”. Estamos en tiempos de cerezas, y para celebrarlo Rafa y Yoli nos obsequian con una bolsa llena de deliciosas cerezas de cosecha propia. Después de la cena volvemos a la terraza del Black Horse para hacer una copa.

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