13 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 5.
Estamos llegando al final de las vacaciones y necesitamos descansar. La mañana, sin actividades destacadas, pasa volando y a mediodía vienen Yoli y Rafa a comer y nos traen una mona para cumplir con la tradición.
Muchas risas después nos quedamos solos con la intención de hacer una larga siesta. Cerramos los ojos y... llaman a la puerta. Salgo a abrir. Es la vecina. Ha vuelto de vacaciones y no puede entrar en su casa ya que alguien ha cerrado desde dentro. Llamamos a la policía que, cuando llega, entra por el balcón. Alguien ha entrado a robar aprovechando su ausencia y por suerte parece que no se le ha llevado demasiado. No podemos hacer nada, ofrecemos nuestro apoyo por si lo necesita y nos retiramos.
Pienso que, si algún día alguien entra en casa, tampoco podrá llevarse nada de valor, pero la sensación de que han entrado en tu casa debe dar mucha inseguridad. Y además debe joder mucho.

Acabamos pues, estas largas, sociales y provechosas vacaciones, con un regusto amargo.

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