09 abril 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 08 de abril de 2004


Vacaciones de Semana Santa, día 1.
Llueve. Nos enfrentamos a la adversidad con valentía y salimos a la calle dispuestos a plantarle cara a la meteorología y a los enemigos que pretenden derrotarnos.
Caminamos por el barrio que hoy está lleno de turistas (en un número superior al habitual) y de vendedores de paraguas de dudosa calidad (la proporción es de un vendedor de paraguas por cada dos turistas). En el Centre d’Art Santa Mónica visitamos las exposiciones de Yamandu Canosa, Costa Vences y Livia Torres. También se expone un proyecto de largo recorrido de Tere Recarens. El proyecto, que se llama “19 de marzo de 2014” consiste en dos contenedores industriales que permanecerán cerrados durante 10 años. Tras este periodo - en el que los contenedores viajaran, permanecerán expuestos o se guardarán – serán abiertos. El contenido de uno de ellos habrá mejorado, el del otro habrá empeorado. Me gusta la idea de jugar con los conceptos de progreso y deterioro. Y mi espíritu marujeril también se enciende ¿Qué debe haber puesto la artista en cada contenedor? ¿Seguiré el proyecto durante los próximos diez años? ¿Volveré a oír de él?

Al salir, y en el punto de información que la Generalitat tiene en los bajos del Museo, cargamos con algunos folletos de exposiciones y conciertos. Peso total del material adquirido (tras el pesaje realizado al llegar a casa en la báscula de la cocina): 1 kilo y 100 gramos.

Nos dejamos llevar por la nostalgia y por la creencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor y decidimos comer un bocadillo en Can Paixano. Entrar se convierte en una tarea hercúlea pero lo conseguimos. A codazos y mordiscos conseguimos el espacio mínimo necesario para poder hacer, no sin grandes esfuerzos, el movimiento preciso para acercarnos el bocadillo y la copa de cava rosado a los labios. Salir del local no resulta mucho más fácil y empleamos en ello varios minutos.
Rematamos la faena con una par de pinchos en el Txacolín.
Vuelta a casa y siesta. Sigue lloviendo y María José sale a por una película. Vemos “En la ciudad” de Cesc Gai que, quizás por la cercanía geográfica y quizás por otras cercanías, nos gusta mucho y que nos dará tema de conversación para el resto de la noche.
Después de cenar hacemos una copa en el Borneo mientras seguimos hablando de la triste historia de robinsones urbanos que hemos visto por la tarde.

Suena, mientras escribo esto, el “Friends and lovers” de Bernard Butler.

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